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CO LECC IÓN
CUADERNOS DE LA RED
ESCUELA DE MEDIADORES
La
biblioteca
pública:
una mirada
desde
adentro
Ángela García Gutiérrez
Sergio Cárdenas De Oro
Magda Lugo Cárdenas
Hernán Bermúdez Ruiz
Yuly León Murcia
John Gil Alvarado
Milena Valencia Torres
Javier Cruz Poveda
Juan Camilo Tobón Cossio
Cristina Silva Rodríguez
Tania Trespalacios Restrepo
Prólogo de Fernando Vásquez
�Clubes bibliotecarios: escenarios de construcción del sujeto
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
La biblioteca pública:
una mirada desde adentro
Cuadernos de la Red
Escuela de Mediadores
© Secretaría Distrital de Cultura,
Recreación y Deporte, 2020
© Ángela Leonor García Gutiérrez, Cristina Silva
Rodríguez, Hernán Darío Bermúdez Ruiz, Javier Cruz Poveda,
John Alonso Gil Alvarado, Juan Camilo Tobón Cossio,
Milena Adriana Valencia Torres, Magda Milena Lugo Cárdenas,
Tania Isabel Trespalacios Restrepo, Sergio Cárdenas De Oro,
Yuly Paulina León Murcia, por los textos, 2020
Primera edición
Bogotá, enero, 2021
ALCALDÍA MAYOR
DE BOGOTÁ
Claudia López Hernández
Alcaldesa Mayor
COORDINACIÓN EDITORIAL
Juan Pablo Mojica
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
Camila Cardeñosa Echeverri
CORRECCIÓN DE ESTILO
Diana López de Mesa
Nicolás Montero Domínguez
Secretario Distrital de Cultura,
Recreación y Deporte
Las opiniones expresadas en
este documento son responsabilidad
exclusiva de sus autores y no
representan necesariamente
la posición oficial de BibloRed.
Consuelo Gaitán
Directora de Lectura y
Bibliotecas
Rafael Tamayo Franco
Gerente operativo
María Fernanda Silva Salgado
Profesional Líder Escuela de Mediadores
Esta obra está bajo una licencia de
Creative Commons.
Reconocimiento-SinObraDerivada
4.0 Internacional.
2 / 115
�Cuadernos de la Red
Cuadernos de la Red es una colección que
reúne documentos producto del ejercicio
bibliotecario y mediador de los funcionarios
de la Red Distrital de Bibliotecas Públicas
de Bogotá (BibloRed). Asimismo, en
esta colección se encuentran memorias,
resúmenes y relatorías de eventos que
tienen lugar al interior de nuestros espacios
bibliotecarios.
El objetivo de estos Cuadernos de la Red
es dar visibilidad y compartir ese saberhacer arraigado en el oficio y la reflexión
que día a día ocupa a nuestros mediadores,
coordinadores y líderes; un conocimiento
que está en permanente construcción, en
literatura gris, desde todas las áreas de
BibloRed.
�7
Miradas que se
convierten en voces
Consuelo Gaitán
9
12
Prólogo
Fernando Vásquez Rodríguez
Clubes bibliotecarios:
escenarios de construcción del sujeto
Ángela Leonor García Gutiérrez
Biblioteca Pública Bosa
20
La educación en casa: una apuesta de la
Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo
Sergio Cárdenas De Oro
Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo
33
Las personas mayores en la biblioteca pública:
orientación del servicio hacia sus necesidades
Magda Milena Lugo Cárdenas
Biblioteca Pública La Victoria
41
La pausa en el hábito de la lectura desde
el contexto de la dromología de Paul Virilio
Hernán Darío Bermúdez Ruiz
Biblioteca Público-Escolar La Marichuela
�49
Clubes
bibliotecarios:escenarios
escenariosdedeconstrucción
construccióndel
delsujeto
sujeto
Clubesdebibliotecarios:
LaLa
biblioteca
una mirada
miradadesde
desdeadentro
adentro
bibliotecapública:
pública: una
El huerto en la biblioteca pública: sembrar
en la biblioteca es sembrar en la comunidad
Yuly Paulina León Murcia
Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo
60
El papel político de la biblioteca pública
en la formación de ciudadanos críticos
John Alonso Gil Alvarado
Biblioteca Pública de Suba Francisco José de Caldas
70
La biblioteca pública ideal,
cómoda e innovadora en la actualidad
Milena Adriana Valencia Torres
Biblioteca Pública Puente Aranda
78
Encuentro con el autor: escenario
cultural con impacto en la ciudad
Javier Cruz Poveda
Biblioteca Pública Usaquén-Servitá
85
Las historias de vida en el quehacer bibliotecario:
una estrategia de información, formación y creación
para la biblioteca y sus usuarios
Juan Camilo Tobón Cossio
Nivel central-Línea de Colecciones
55 // 115
60
�96
Clubes bibliotecarios: escenarios de construcción del sujeto
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
La biblioteca pública como escenario
de prácticas interculturales
Cristina Silva Rodríguez
Biblioteca Pública La Peña
106
La lectura: ¿hábito o comportamiento?
Tania Isabel Trespalacios Restrepo
Biblioteca Pública Gabriel García Márquez
111
Acerca de los autores
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�Miradas que se
convierten en voces
CONSUELO GAITÁN
Directora de Lectura y Bibliotecas
Coordinar cualquiera de los espacios de la Red Distrital de Bibliotecas
Públicas de Bogotá representa no solo la oportunidad de estar en permanente contacto con los usuarios y con un equipo entregado de mediadores y auxiliares, sino también una forma de entender las dinámicas que se dan dentro de la biblioteca. Cómo se mueven las colecciones,
qué usuarios y necesidades son prioridad según el entorno en el que se
encuentra la sede, qué programas son los que mejores frutos rinden y
cuáles hay que repensar son algunos de los aspectos que solo un coordinador puede identificar y atender en detalle con ayuda de su equipo.
Esa mirada juiciosa hacia el interior de nuestras bibliotecas públicas
es lo que se recoge en este volumen. Aquí tenemos once perspectivas
distintas sobre las preocupaciones, necesidades y buenas prácticas que
se dan en nuestros espacios bibliotecarios. Aquí se da voz a los coordinadores para conocer, de primera mano, la trayectoria y proyección
de estas instituciones que buscan mejorar la calidad de vida de los bogotanos y las bogotanas.
La consolidación de estas voces, de estos textos, fue posible gracias a
un proceso de formación sobre escritura de ponencias realizado con
los coordinadores de las bibliotecas de la Red, como parte del programa de formación de bibliotecarios de la Escuela de Mediadores.
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�Miradas que se convierten en voces
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Se trató de un proceso cuyo acompañamiento estuvo a cargo del profesor Fernando Vásquez Rodríguez, reconocido experto en educación
y pedagogía de la escritura. Los once coordinadores entablaron un
nutrido diálogo con el profesor Vásquez y reescribieron sus ponencias a partir de sus sugerencias. De esta manera, sus argumentos, referencias y presupuestos ganaron no solo en claridad y solidez, sino
en comunicabilidad y conexión con sus posibles lectores.
No obstante, este no es un proceso cerrado. La ponencias finales fueron compartidas en el evento «Repensar la biblioteca pública: las voces
de los coordinadores de BibloRed» y, con esta publicación, volverán
también a ser discutidas dentro y fuera de los espacios bibliotecarios.
Así pues, La biblioteca pública: una mirada desde adentro se convierte en
una propuesta de convertir en voz la mirada privilegiada de quienes
trabajamos por la biblioteca pública; así como en una oportunidad de
llevar esta voz a espacios donde se pueda oír claramente, y que además
sea discutida, debatida y enriquecida con otras miradas y otras voces.
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�Prólogo
FERNANDO VÁSQUEZ RODRÍGUEZ
Profesor Escuela de Mediadores
Además de las ganancias comprensivas sobre el sentido de la biblioteca
pública y los diversos aspectos desarrollados por los diferentes autores de esta obra, lo que resulta más loable es la comprobación de que
un funcionario puede reflexionar sobre su quehacer, analizar su labor
cotidiana y proponer caminos de mejora o de innovación. Allí, en esa
intención de reconocer y darles la palabra a quienes diariamente trabajan en BibloRed es como puede entenderse mejor la producción escrita compilada en este libro.
Pero para lograr este cometido se requieren básicamente dos cosas:
por un lado, una voluntad institucional para abrir espacios de formación encaminados para tal fin; y, por el otro, el convencimiento de
los interesados para asumir con responsabilidad y dedicación un largo proceso de producción escrita. Cuando esas dos intencionalidades
se juntan el resultado es de gran calidad y el beneficio resulta ser de
doble vía. Precisamente, fue la convocatoria a un curso sobre escritura de ponencias, abierto por la Escuela de Mediadores, que reunió
a varios funcionarios de la Red Distrital de Bibliotecas Públicas. Ese
fue el detonante que, por lo demás, estaba desde su inicio, rubricado
bajo la consigna de «pensar en público». Una vez conformado el pequeño grupo, lo que siguió fue el entusiasmo y la constancia de los
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�Prólogode construcción del sujeto
Clubes bibliotecarios: escenarios
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
inscritos al curso para, a lo largo de varias sesiones, cualificar sus escritos, atender las sugerencias, pulirlos en más de cinco versiones y
revisar sus hojas hasta tener un producto de calidad.
En mi trabajo de acompañante o tutor de este proceso me interesaba
especialmente mostrarles a los participantes que escribir no es el resultado mágico o «inspirado» de la genialidad extraordinaria, sino un
oficio artesanal en el que cuenta la cuidadosa selección de las palabras,
la meditada tarea de organizar las ideas y un continuo ajuste entre los
diversos párrafos. Por eso es fundamental el tamizaje que van haciendo los diferentes borradores, y por eso es vertebral que alguien nos lea
con atención. La escritura se cualifica no con preceptos o indicaciones
generalistas, sino hombro a hombro con el que está leyendo nuestro
texto. Es un acompañamiento personalísimo en el que, escuchando
las sugerencias o recomendaciones, se van enseñando los «saberes» de
aprender a escribir: para alguien será el zurcido de la coherencia textual; para otro, cómo evitar el uso abundante de incisos; y, para otro
más, la búsqueda de alternativas a un signo de puntuación que usa de
manera incorrecta. Cada quien demanda unas urgencias diferentes y,
debido a ello, el nivel en el producto final será diverso. Esto no es un
defecto, más bien es la evidencia de que la escritura no es un protocolo estandarizado, sino el modo particular como una persona va encontrando las palabras justas para decir su propia voz.
Cabe decir aquí otra cosa: haber logrado la publicación de estos textos,
verlos en forma de libro, otorgarles la ciudadanía de objetos culturales,
es la última etapa del proceso de escribir. Las ideas expuestas sobre
los clubes bibliotecarios, la pausa en el hábito de lectura, el huerto en
la biblioteca pública, las historias de vida en el quehacer bibliotecario
o esas otras que redefinen el papel de la biblioteca en la educación en
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�Prólogode construcción del sujeto
Clubes bibliotecarios: escenarios
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
casa, el servicio a las personas mayores, el papel de la biblioteca para
formar ciudadanos críticos o como escenario de prácticas interculturales, entre otras propuestas, ya no son elucubraciones íntimas de los
autores, ni comentarios sin fundamento. Ahora, al volverse públicas
esas ideas, otras personas podrán acceder a tales contenidos, varios
colegas tendrán algún referente útil y el mismo saber sobre el sentido de la biblioteca pública será enriquecido con estas perspectivas. Al
menos esa es la esperanza de todos los que aquí escriben.
Cierro este prólogo enalteciendo el logro intelectual de los once autores de La biblioteca pública: una mirada desde adentro; lo obtenido es
una prueba de que, a pesar de las dificultades al escribir, «se puede
pensar por cuenta propia». Y destaco también la contribución decidida de María Fernanda Silva Salgado, profesional líder de la Escuela
de Mediadores, al mostrar con sus acciones de seguimiento y apoyo
permanente cómo con diligencia y tenacidad es posible convertir los
sueños formativos en realidades tangibles para el beneficio común.
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�Clubes
bibliotecarios:
escenarios de
construcción
del sujeto
Ángela Leonor García Gutiérrez
Coordinadora de la Biblioteca Pública Bosa
Resumen
En el presente texto se exponen algunas de las reflexiones
y pensamientos que surgieron a partir de la experiencia
bibliotecaria, las cuales dan lugar a imaginar la biblioteca
pública y sus programas como una alternativa educativa
que permite la formación del sujeto a lo largo de su vida,
desde el reconocimiento de su curiosidad y su subjetividad;
logrando con ello su formación como ciudadano y el
ejercicio de sus derechos fundamentales, como el libre
acceso a la información y el desarrollo de su personalidad.
Versión del documento n.o 4
�Clubes bibliotecarios: escenarios de construcción del sujeto
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
La curiosidad no mata al gato. No.
Le permite disfrutar mejor de sus vidas.
ÁNGELA GARCÍA
Preámbulo
La biblioteca pública es el espacio en el cual los miembros de una
comunidad pueden explorar y desarrollar libremente su curiosidad e
intereses personales, a partir del uso de recursos y servicios informativos y culturales dispuestos de manera adecuada para este fin. En ese
sentido, la biblioteca pública permite construir la personalidad del sujeto, al abrirles la puerta a las diferentes posibilidades que dan cabida a
la construcción del criterio individual y la ciudadanía, sustentando su
función social en el acceso libre a la información y a la cultura. Esta
definición, desarrollada para el taller de escritura de la Escuela de
Mediadores en 2019, lleva a pensar que las diversas metodologías para
compartir la información utilizadas en los programas bibliotecarios
pueden ser exitosas en la construcción de conocimiento intelectual y,
a su vez, aportar de manera significativa al desarrollo del individuo.
En el presente texto quisiera reflexionar sobre los programas de formación de las bibliotecas1, incluyendo, entre ellos, los realizados desde el
área de Servicios Bibliotecarios, como el programa de Alfabetización
Informacional (Alfin), pues para mí, estos pueden ser formas acertadas y efectivas para motivar en las personas —de cualquier edad— el
interés y el gusto por aprender, al suscitar «la capacidad de conocer»,
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�Clubes bibliotecarios: escenarios de construcción del sujeto
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
la curiosidad sobre lo que realmente se quiere aprender y cómo esto
es significativo para su vida.
En el tiempo que llevo compartiendo con diferentes comunidades en
los espacios bibliotecarios se me han presentado cuestionamientos que
surgen al ver cómo un individuo, niño, niña o adulto, aprende con
mayor gusto en la biblioteca sobre temas nuevos, al incitar su curiosidad. Esto me remite a la capacidad de conocer, término de Francesco
Tonucci, quien, precisamente, propone que es necesario revaluar estructuras tradicionales, entre ellas la escuela y cómo el individuo es
introducido a esta, pues su capacidad es coartada a muy temprana edad,
desfavoreciendo el desarrollo autónomo y genuino en formación. En
cambio, en la biblioteca parece que esa «capacidad de conocer o de
investigar» (Tonucci, 1999, p. 32) —que es innata en el ser humano
desde que nace y se relaciona— se activa y se aviva, generando la exploración autónoma o guiada de los temas gracias a la oferta de servicios y recursos bibliotecarios que le brindan un conocimiento enriquecido y una «visión de mundo» sobre lo que se quiere aprender,
fortaleciendo las capacidades de ese sujeto que puede acceder al objeto de su deseo, de su curiosidad, de su intelecto.
De esta manera, puedo decir que el sujeto que explora y conoce llega
a tener seguridad en sí mismo, en su conocimiento y sus saberes, lo
cual le permite tener una mejor posición en relación con su entorno
y sus relaciones que si se coarta en él esa «capacidad de conocer» con
antelación; capacidad que aquí entiendo como curiosidad. Lo anterior
conduce a que el entorno bibliotecario se transforme en un espacio
de posibilidades infinitas de aprendizaje, a partir de la exploración de
recursos de información y la interacción con pares que tienen intereses similares; lo que a su vez da lugar a la construcción conjunta y
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�Clubes bibliotecarios: escenarios de construcción del sujeto
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
el descubrimiento de conocimiento individual y colectivo. Con ello,
además, como se observa en las diferentes actividades impartidas en
las bibliotecas, surgen nuevas relaciones y vínculos o se fortalecen los
existentes; por ejemplo, cuando los padres acompañan a los niños y
niñas, y se animan a involucrarse en una sesión.
En consecuencia, las bibliotecas permiten la construcción del individuo, pues, dependiendo de cómo sea la dinámica de la biblioteca
con su comunidad, contribuye a la construcción de individualidades
conscientes y propositivas en pro del cambio social. En este sentido,
el trabajo o articulación que la biblioteca realice con su comunidad y
la manera como esta, a su vez, se apropie del espacio bibliotecario serán fundamentales para consolidar la biblioteca pública como un lugar de participación social y desarrollo ciudadano.
Entonces, la relación que el ciudadano-usuario mantiene con la biblioteca será provechosa en la medida en que él mismo logre acceder a los
recursos y servicios bibliotecarios, ya que propiciará su propio desarrollo intelectual, emocional, psíquico y ciudadano. En consecuencia,
la biblioteca pública adquiere una dimensión mucho más amplia que
no se limita a su función como facilitadora de información o promotora de grupos de trabajo; se convierte en un espacio que favorece la
construcción del sujeto desde la exploración de sus propios intereses
y necesidades. Se vuelve un espacio de desarrollo de relaciones sociales, de construcción de individualidades y conocimiento.
Ahora bien, es fundamental para las bibliotecas asumir este papel protagónico como formadoras de ciudadanía y subjetividad, lo cual podrá lograrse en la medida en que ese ciudadano-usuario encuentre en
los espacios bibliotecarios respuestas a sus necesidades, hacia donde
será llevado por su curiosidad. La biblioteca pública deberá aprovechar
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�Clubes bibliotecarios: escenarios de construcción del sujeto
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
las nuevas formas de lectura y de lenguaje, así como también tendrá
que revalorar el lugar que les ha dado a formas tradicionales, como
la oralidad. La biblioteca y el bibliotecario deberán volcarse hacia las
necesidades de su comunidad, logrando identificarlas y darles voz, entendiendo las particularidades del lector que utiliza la biblioteca y sus
recursos en beneficio de su propio interés, por medio de la lectura y
sus diversas formas. En palabras de Didier Álvarez:
Los bibliotecarios se encuentran hoy ante un nuevo modelo
de lectura y ante un nuevo ideario del lector: la lectura como
práctica social que construye realidades y verdades relativas.
Y ante ello, tanto las pedagogías de la lectura como las técnicas
bibliotecarias de diseño y promoción de los espacios de lectura
y de materiales de lectura, no pueden más que declararse
abiertas y múltiples, inevitablemente determinadas por las
particularidades del sujeto/grupo que vive el proceso de
formación. (Álvarez, 2006, p. 31)
No cabe duda de que la biblioteca que responda a esas particularidades del proceso formativo del grupo o el sujeto, y que atienda a este
nuevo modelo de lector inmerso en las oleadas de información desaforada, necesita de un faro que ilumine no una, sino las múltiples
posibilidades que tiene para desarrollar sus pensamientos, ideas, talentos, saberes y demás características que posee. La respuesta debe
darse desde la biblioteca, mediante el diseño y adaptación de la oferta
de programas y servicios, los cuales será necesario revisar, evaluar y
mejorar de manera permanente en función de dichas necesidades.
Estas consideraciones fundamentan la idea de que los clubes de lectura
permiten y motivan una dinámica de construcción de conocimiento,
en la cual el sujeto participa desde su propio interés y no como mero
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�Clubes bibliotecarios: escenarios de construcción del sujeto
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
receptor. Por ejemplo, los clubes de lectura infantil, de adultos mayores y los cafés literarios son espacios en donde los asistentes reciben
y entregan información, interactuando desde lo que saben y desde lo
que van aprendiendo, otorgándoles valor a la voz y los saberes que
traen, y no solo a lo que el bibliotecario comparte desde los recursos
bibliotecarios. Así, tanto los niños y niñas, como los jóvenes y adultos
mayores son quienes permiten el desarrollo de los programas, al dialogar con los contenidos y fortalecer las dinámicas que se generan en
estos encuentros, desde esa voz que representa lo que son como sujetos inmersos en una comunidad y en una cultura. El reconocimiento
es el principio de la identidad del otro, y desde el reconocimiento de
sus necesidades y gustos, cada uno puede desarrollarse a partir de lo
que es y realmente le gusta hacer. Con ello se logrará, entonces, un
individuo menos frustrado, más feliz y que encaje mejor en su comunidad sin negar sus propias habilidades y condiciones.
En este contexto, en la biblioteca pública la relación entre el conocimiento y el sujeto se vuelve un espacio de construcción de sentidos
y de saberes; en un intercambio que moviliza diferentes tipos de información mediante diversos lenguajes, recursos, prácticas y actores. En este camino, la lectura y la escritura son determinantes como
«prácticas» en función de las relaciones que el sujeto puede generar
en la biblioteca y del capital intelectual y cultural que encontrará allí.
Siguiendo de nuevo a Didier Álvarez:
La lectura se perfila como una práctica que requiere del
esfuerzo intencionado de las personas por construir sentido
sobre el mundo y sobre ellas mismas como sujetos presentes
en el mundo, en la perspectiva de su propia elucidación y
emancipación de factores alienantes y autoalienantes.
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�Clubes bibliotecarios: escenarios de construcción del sujeto
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Esto es lo que […] llamaremos práctica lectora, en tanto que se
sostiene que la lectura se desenvuelve como práctica social con
sentidos, intenciones, contextos y tendencias determinadas
históricamente. (Álvarez, 2003, p. 32)
Esta «práctica lectora» toma vida y se hace social en los clubes bibliotecarios, que generan dinámicas en las cuales el sujeto se empodera
de su conocimiento y se desarrollan relaciones interpersonales. La biblioteca desempeña un papel protagónico en este engranaje social y
cultural, en el que la lectura y la escritura se vuelven un ejercicio crítico y ciudadano.
No hay que olvidar que la biblioteca pública, al tener como norte los
mandatos constitucionales del libre desarrollo de la personalidad y el
libre acceso a la información, invita al usuario a ser como quiere ser,
motivándolo de manera permanente desde la primera infancia, a partir
de programas como Leo con mi Bebé, hasta que son adultos mayores,
con espacios como el Club de Adulto Mayor, por ejemplo. Además, la
biblioteca promueve el ejercicio de su ciudadanía como sujeto de derechos, su desarrollo libre y autónomo, desde lo que trae consigo como
sujeto inmerso en una cultura y un contexto determinado.
Para finalizar, quiero hacer una invitación a los colegas bibliotecarios, bibliotecólogos, mediadores y promotores culturales, de lectura
y escritura: es necesario empezar a tomar nuestra propia experiencia
como objeto de estudio para analizar qué estamos haciendo, cómo lo
estamos haciendo y cómo podemos mejorarlo. Esta necesaria revisión
deberá partir de las experiencias de cada uno desde la función que
desempeña. Asimismo, se requiere la reflexión e interpretación crítica frente a la experiencia propia y los procesos que se lideran.
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�Clubes bibliotecarios: escenarios de construcción del sujeto
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
En mi opinión, para lograr esto se podrían generar procesos conscientes de sistematización de experiencias significativas —no necesariamente exitosas—, en los cuales se haga un análisis de la propia
práctica, para poder mejorarla y generar nuevo conocimiento teórico
y práctico, que enriquezca el ya existente en el campo de la bibliotecología, las bibliotecas públicas y las ciencias humanas y sociales. Por
esto, y para concluir, precisamente la invitación es a seguir escribiendo,
reflexionando y revisando nuestro quehacer, pues no se estudia ni se
tienen bibliotecas solo para tener un montón de contenidos sin sentido, el sentido se lo da quien accede a estos y quien logra promoverlos.
Notal al pie
1. Programas permanentes del área de Formación y Programación
ofrecidos en las bibliotecas públicas de BibloRed y los programas
del área de Servicios Bibliotecarios, en los que se realizan procesos
o acciones de formación.
Referencias bibliográficas
Álvarez, D. (1992). Algunas ideas para
promocionar integralmente la lectura
desde la biblioteca. Revista Interamericana
de Bibliotecología 15(2), 25-35.
Álvarez, D. (2006). Juventud y lectura:
Una relación problematizadora del lugar
y de las funciones sociales de la biblioteca
pública. El Bibliotecario 5(56), 30-41.
Tonucci, F. (1999). La investigación como
Álvarez, D. (2003). Exploración de las
alternativa a la enseñanza: ¿Enseñar o
relaciones entre lectura, formación ciudadana
aprender? Laboratorio Educativo.
y cultura política: Una aplicación a las
propuestas de formación ciudadana de
la escuela de animación juvenil [tesis
de maestría inédita]. Universidad de
Antioquia. t.ly/8k03
19 / 115
�La educación en
casa: una apuesta
de la Biblioteca
Pública Julio Mario
Santo Domingo
Sergio Cárdenas De Oro
Coordinador de la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo
Resumen
El presente texto brinda algunas reflexiones acerca de las
características de la Biblioteca Pública Julio Mario Santo
Domingo que le permiten acoger familias que se educan
en casa, para luego reflexionar sobre sus experiencias,
a partir de los resultados de una entrevista realizada a
varios usuarios. Luego de ello se analizan algunos aspectos
de la biblioteca que favorecen la educación en casa
y la autoformación, así como las estrategias que se han
abordado para atender a esta población. Por último, se
plantean de manera descriptiva estrategias puntuales
implementadas, apelando, de igual manera, a las palabras
de los beneficiarios.
Versión del documento n.o 7
�Las particularidades de la Biblioteca
Pública Julio Mario Santo Domingo
El Centro Cultural Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo
( JMSD), ubicado en la localidad de Suba, posee uno de los acervos más
amplios en arte, arquitectura y literatura de la ciudad. Está inserto
en una zona del norte de Bogotá, y se encuentra cerca a sectores con
habitantes que, en su mayoría, cuentan con necesidades básicas relativamente satisfechas y de diversos niveles académicos. Esto hace que
el centro tenga ciertas particularidades —ya que dichas características se tienen en cuenta en los servicios que presta—, al igual que los
usuarios que lo frecuentan.
A lo largo del tiempo que lleva en funcionamiento, el centro le ha
apostado a brindar una oferta cultural de impacto, en gran medida,
debido a la programación del Teatro Mayor, que exhibe obras y espectáculos de alto nivel. Al mismo tiempo, BibloRed, como institución pública, propende por ofrecer una programación nutrida dirigida a todos los grupos etarios, en espacios confortables y velando por
la calidad de sus contenidos.
Debido a lo anterior, la biblioteca representa un contexto intuitivamente propicio para un grupo poblacional que ha decidido desvincular o
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�La educación en casa: una apuesta de la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
definitivamente no matricular a sus hijos en instituciones de educación
formal y educarlos por su propia cuenta (homeschooling1). Durante los
últimos años, se ha hecho evidente que, aparte de buscar apoyo académico por medio de los recursos bibliográficos y asistir a los programas
de promoción de lectura, esta población quiere aprovechar el tiempo
libre mediante la formación (de padres a sus hijos) y la autoformación
(en el caso de adolescentes y adultos), empleando los recursos bibliotecarios y aprovechando al máximo toda la oferta disponible. Si bien
este es un fenómeno que se presenta en muchas bibliotecas, en este
caso específico nos referiremos a padres que han optado por formar
a sus hijos en casa y que tienen diversos intereses académicos.
Esta experiencia se presenta con la finalidad de contribuir a la reflexión
sobre la relación entre educación en casa y bibliotecas públicas, dar cuenta de la necesidad de crear otras iniciativas y avanzar en la comprensión de la relación entre educación y biblioteca. Asimismo, se pretende
argumentar la necesidad de que las bibliotecas públicas diseñen servicios y programas para personas y familias que se educan en casa, al ser
este un fenómeno creciente en nuestra sociedad. Para ello, se recuperan las voces de los usuarios, perspectiva fundamental a la hora de diseñar los servicios y programas. Sin duda, reconstruir la experiencia de
la Biblioteca Julio Mario Santo Domingo es pertinente para propiciar
la reflexión y promover la acción bibliotecaria alrededor de este tema.
Biblioteca pública y educación en casa
Si bien la respuesta a la pregunta «¿la biblioteca pública apoya la educación en casa?» puede resultar obvia, a la luz de la naturaleza de las
bibliotecas, por ser unidades de información que tradicionalmente han
apoyado los procesos de aprendizaje y que, además, cuentan con una
asistencia amplia de usuarios escolares, en este texto se quiere abordar
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�La educación en casa: una apuesta de la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
la posición de una cierta población que frecuenta la biblioteca pública y que ha desistido de espacios escolarizados para educarse en casa
y en familia. En consecuencia, se puntualizarán las opciones que las
familias encuentran en la Biblioteca Julio Mario Santo Domingo para
suplir sus expectativas con respecto a esta tendencia de enseñanza y
las condiciones logradas por el equipo de trabajo para interactuar, regular y apoyar a dichas familias.
Para iniciar, veamos la perspectiva de una de las usuarias sobre la elección de educar en casa, para luego realizar un análisis con base en la
experiencia de prestar servicios bibliotecarios en este contexto:
Para nosotros más allá de educar en casa, este proceso ha
sido más cercano al concepto de «educar sin escuela». Nos
acercamos más a la comprensión de que el aprendizaje es un
proceso natural, inherentemente humano que no requiere
necesariamente un currículo. En cambio, sí requiere seguir
los intereses de los niños, seguir su ritmo, motivar ambientes,
provocar escenarios. (Gloria Pedraza, madre de Dante,
comunicación personal, marzo de 2020)
Como se puede deducir, hay una manifestación explícita de la necesidad de buscar espacios y experiencias distintas a la escuela tradicional,
esto significa que uno de ellos —y uno muy especial— es la biblioteca. Incluso los bibliotecarios a veces no alcanzamos a dimensionar
lo importantes que somos para nuestra comunidad en este y muchos
otros sentidos, lo cual no deja de sorprendernos:
En nuestra familia lo vivimos desde el respeto y desde la
observación constante a nuestro hijo. No tenemos ni seguimos
currículo. Sí, en cambio, tenemos un proyecto de vida familiar
donde plasmamos nuestros sueños individuales y familiares y
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�La educación en casa: una apuesta de la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
basados en eso vamos proponiendo actividades, viajes, cursos,
etc. Por ejemplo, como proyecto de vida familiar hace tres años
decidimos que queríamos vivir junto a una biblioteca. Y así lo
hicimos. (Gloria Pedraza, comunicación personal, marzo de 2020)
Por eso, entre los aspectos a resaltar están los valores que recobran
los diversos servicios que ofrecen las bibliotecas distintos a los libros
y a la literatura, como los espacios de encuentro, de esparcimiento y
estimulación con los que cuentan varias bibliotecas, que son, además,
una apuesta para el aprovechamiento del tiempo libre:
[…] Nos ha dado acceso a espacios físicos y recursos que
ahora son vitales para nosotros. Por ejemplo: la sala de Distrito
Gráfico con sus libros y sus juegos de mesa ha sido para
nosotros una puerta de entrada al mundo de la ficción. Ahora
somos aficionados a los juegos. Finalmente, todas nuestras
actividades las basamos en el juego. Creemos que a través del
juego se aprende; por eso jugamos todo el tiempo. (Gloria
Pedraza, comunicación personal, marzo de 2020)
Varios de los conceptos anteriormente expuestos suponen una responsabilidad —o por lo menos un motivo inquietante— para la biblioteca
de responder a la gran expectativa que representa prestar servicios y
diseñar actividades encaminadas a enriquecer estos procesos. Por eso,
de un tiempo para acá, hemos incrementado las estrategias orientadas
a atender y también a organizar las dinámicas que demandan los niños
homeschoolers de distintas edades y los padres, que van todos los días a
aprovechar la oferta, pero también a usar los recursos e instalaciones.
De hecho, hemos implementado temáticas diversas en la programación,
en la ambientación de las salas y normas de acceso que más adelante
expondremos, debido en parte a esta población que nos visita.
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�La educación en casa: una apuesta de la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Ahora bien, siguiendo con los testimonios, vale la pena revisar por qué
más allá de disponer de espacios y ofrecer servicios a estos usuarios,
la biblioteca es importante dentro de la connotación emotiva que incide en los procesos educativos y que se dan gracias a la interacción
con los bibliotecarios y otros usuarios. Tenemos dos manifestaciones
de ello que nos permiten afirmarlo:
Hemos creado lazos de amistad significativos y emocionales
con otras familias que han complementado de manera precisa
los procesos educativos de los niños. Hemos superado el mito
de que los homeschoolers tienen un vacío en la socialización. La
comunidad que frecuenta la jmsd ha fortalecido sus relaciones y
ha hecho sinergias muy significativas para el interés de niños de
todas las edades […]. (Gloria Pedraza, comunicación personal,
marzo de 2020)
El segundo testimonio es el de una de las familias que han estado presentes desde la inauguración del centro cultural y que nos permiten
observar los frutos que hemos recogido en este tiempo:
La biblioteca nos apoyó desde nuestros inicios de educación
en casa hace ocho años con los talleres Leer es mi Cuento, allí
mi hija descubrió su amor por la lectura, en la biblioteca infantil,
con las caricaturas de Tintín, desde ese momento se enamoró
de la lectura y de la biblioteca. También asistió a varios talleres
de pintura, de plastilina. Mi hija estaba pequeña, tenía ocho
años, y desde ese momento esta ha sido nuestra casa. La
llevamos en el corazón. Amamos la Biblioteca JMSD. (Patricia
Díaz, madre de Valentina, miembro del Grupo de Amigos
de la Biblioteca, comunicación personal, marzo de 2020)
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�La educación en casa: una apuesta de la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
De esos lazos de significación surgen relaciones distintas a la de usuario-funcionario (como se hace evidente, también en otras bibliotecas), que pasan a un plano de confianza y de acompañamiento. Eso,
en nuestro caso, trascendió en la conformación de grupos base permanentes, con los cuales se realizan actividades y de los que forman
parte familias de homeschoolers, quienes no solo han encontrado un espacio de acogimiento sino de participación:
Hemos sido afortunados al encontrar personas y espacios en
los cuales hemos podido tanto aprender como difundir aquellas
ideas y propuestas que nos sentimos en capacidad de compartir.
El equipo de la Julio Mario ha sido durante su gestión un
apoyo incondicional tanto en la difusión de las actividades
que hemos propuesto como comunidad homeschool, como en el
ofrecimiento de programas que han beneficiado y enriquecido
enormemente la formación académica de nuestros hijos e hijas
y de nosotros como padres de familia. (Luz Ángela Moreno,
madre de Joan y Nicole, miembros del Grupo de Amigos de la
Biblioteca, comunicación personal, marzo de 2020)
Lo anterior comprueba, de alguna manera, que la biblioteca cumple
con el precepto de ser un lugar de encuentro, diálogo y participación,
donde confluyen distintas ideas y, sobre todo, donde tienen cabida las
propuestas de los usuarios. Estas son tenidas en cuenta dentro de la
programación para el beneficio de otros usuarios; pero, al mismo tiempo, para brindar la oportunidad de construir conocimientos y experiencias que les permiten compartir, explorar y, también —algo muy
significativo para ellos—, interactuar con otras personas que han decidido estudiar en casa empleando los recursos de la biblioteca.
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La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Además, se identifica que no solo los libros y los talleres de promoción
de lectura propician un ambiente atractivo para este tipo de enseñanza, sino un conjunto de posibilidades, como la actitud de servicio de
los funcionarios, las propuestas artísticas y lúdicas, los juegos de mesa
y los espacios para conversar sobre temas comunes para ellos. Sobre
todo, resultan muy importantes los vínculos afectivos que se crean
con los agentes que convivimos en la biblioteca a partir de la prestación de un servicio completo.
Una propuesta bibliotecaria para la educación en casa
El primer aspecto que pensamos favorece un ambiente de apoyo a la
educación en casa son los programas para la primera infancia. Estos
configuran un escenario esencial para que las familias se interesen en
acudir a diario a una serie de «puestas en escena» para niños en edades entre cero y cinco años. Dichos programas, además de fomentar
hábitos lectores, atienden varios componentes de la estimulación temprana, y han venido madurando a medida que el equipo de la biblioteca ha afianzado habilidades que les permiten presentar una apuesta
divertida, novedosa y que responde a las necesidades de la comunidad.
En consecuencia, desde hace unos años, la oferta a los niños se ha incrementado, llegando a ser diaria.
Todas las mañanas hay una fila de coches que esperan turno para
asistir al programa Leo con mi Bebé y a las sesiones lúdicas. Esto ha
llevado a establecer, organizar y planear el trabajo a partir de la aplicación de criterios de atención a la primera infancia junto a sus padres o cuidadores. Si bien estos programas son comunes a la mayoría de las bibliotecas de la Red, en la Biblioteca Pública Julio Mario
Santo Domingo estas sesiones se hacen con mayor frecuencia y con
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un amplio público, debido a que las familias de homeschoolers los aprovechan de manera particular y los incluyen dentro de su estrategia de
aprendizaje permanente.
Como se mencionó antes, la afluencia ha impuesto también maneras
de abordar la atención; entre ellas, la implementación de normas de
acceso a los servicios, pues la regulación ha sido un reto para los funcionarios a todo nivel, desde el momento en el que se brindan turnos
que garanticen la organización de la asistencia a las sesiones hasta las
evaluaciones consultivas realizadas con la comunidad con miras a mejorar nuestras propias planeaciones. Así, de forma constante, a partir de prueba y error, la sala infantil ha creado lineamientos, como la
separación por edades, de manera que todos estén en igualdad de
condiciones para participar y para hacer el trabajo bibliotecario más
armónico. Por ejemplo, a las diez de la mañana se realizan actividades dirigidas a niños de cero a tres años, y a las once de la mañana, a
los de cuatro a cinco años. Y aunque esto pareciera algo sencillo, es
el resultado de varias reflexiones conjuntas a nivel de red.
Otro caso es el de los niños que se encuentran a diario en espacios
no escolarizados —nuevamente en la biblioteca—, con un tutor que
usa como recursos educativos los espacios bibliotecarios y sus materiales bibliográficos, y termina convirtiendo la biblioteca en un escenario de aprendizaje. Cuestión que para el personal bibliotecario entra a ser directamente de su competencia y preocupación, pues si bien
la libertad para acceder a los programas y servicios está garantizada,
muchas veces los usuarios no tienen claros sus deberes, por lo cual
siempre estamos comunicándolos por medio de la formación de usuarios. Periódicamente realizamos jornadas con padres, tutores y niños,
con la intención de alfabetizar sobre la selección, búsqueda y uso de
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la información disponible en la Red Distrital de Bibliotecas Públicas,
lo cual resulta benéfico como elemento adicional a las competencias
que ellos esperan desarrollar en la biblioteca.
Este mismo fenómeno ha confluido en la conformación de experiencias que representan un mayor proceso de permanencia e interacción
con padres y miembros de la comunidad. De allí surgió hace dos años
el Grupo de Amigos de la Biblioteca (GAB), a partir de una directriz
de la Biblioteca Nacional y del anhelo de los usuarios por conformar
equipos de reflexión y apoyo a la gestión de nosotros los bibliotecarios.
El grupo se ha enfocado en actividades que benefician a otras familias
en tres frentes principales, que se han desarrollado por iniciativa de ellos
mismos y han estado mediadas por el coordinador, junto con las profesionales de servicios, principalmente. El primero de los frentes está
orientado a que otras familias se enteren de todo lo «maravilloso» que
ocurre en la biblioteca; el segundo está enfocado a propiciar encuentros
entre padres, para hallar y compartir pautas de crianza, y el tercero, un
poco más interactivo, busca crear lazos entre los integrantes del gab y
otro tipo de usuarios interesados en el juego como componente para el
descubrimiento de posibilidades de exploración dentro de la biblioteca:
Este año, teniendo un conocimiento claro de las opciones que
la biblioteca ofrece a la comunidad, contando con el apoyo de la
dirección y conociendo más de cerca a las familias que educan
en casa: sus necesidades e intereses y que acuden a la biblioteca
como su centro de encuentro, experiencias y estudio, hemos
intentado cubrir temas de interés en el proceso de enseñanzaaprendizaje de los niños que ayuden a fortalecer las prácticas
de los padres en casa. (Luz Ángela Moreno, comunicación
personal, marzo de 2020)
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La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Respuestas y posibilidades desde la comunidad
Todo esto nos lleva a pensar que debemos tener en cuenta los requerimientos constantes de propiciar reuniones en espacios autogobernados, ya que ello forma parte de lo que esperamos que ocurra en las
bibliotecas modernas, toda vez que estos grupos ya han adelantado
terreno en estas tareas y el camino a seguir es claro para ellos. Con el
aval de la coordinación y acciones autorreguladas de los padres, parte
del trabajo ya está hecho, tan solo falta integrarlo a nuestros planes
de acción basados, precisamente, en las necesidades de la comunidad.
En palabras de Luz Ángela:
Hemos ofrecido cinco charlas y tres conversatorios intentando
que a través de la asistencia de los padres podamos llevar a cabo
un proceso continuo de formación para padres en el que se
ofrezcan herramientas que les permitan canalizar sus esfuerzos
en estrategias positivas y benéficas que puedan implementar en
sus hogares e ir realizando el cambio de actitud que permita
transformar los resultados que hemos obtenido hasta el momento.
(Luz Ángela Moreno, comunicación personal, marzo de 2020)
Estos espacios han definido parte de la programación de carácter local dentro de las charlas de interés a la comunidad e incluso se han
incluido en los planes operativos de BibloRed, pues se consideran
actividades de concurrencia masiva y que realmente responden a los
gustos e intereses de los usuarios. Lo anterior da lugar a pensar que
las formulaciones de programas y servicios de las bibliotecas deben
seguir siendo planteadas, en parte, desde el contexto y desde la comunidad, ya que esto garantiza que haya interés, divulgación y asistencia a las mismas.
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La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Prueba de ello son las experiencias de nuestros usuarios, como por
ejemplo, la de Valentina, quien ya es una adolescente capaz de conducir una sesión del Café Literario en compañía de otros jóvenes que
han crecido con la biblioteca:
Agradecemos inmensamente el espacio que el coordinador nos
abrió para el primer taller de literatura que dictó mi hija a un grupo
de veinte adolescentes. Ese espacio ha sido muy importante para el
desarrollo intelectual de mi hija y su grupo de amigos. Esperamos
poder continuar con los talleres, aunque habíamos pensado en
hacerlo virtual, el conocimiento nace con la lectura, el juego con
la socialización y la curiosidad por aprender, faltan actividades
para adolescentes más puntuales, por eso quisimos proponer este
espacio con mi Valentina. (Patricia Rivera, madre de Valentina,
comunicación personal, marzo de 2020)
Asimismo, las familias participan en otros proyectos comunitarios,
como la puesta en marcha de una huerta, que surgió de la necesidad
latente por encontrar una relación práctica entre la información disponible en las bibliotecas y la agricultura urbana. A partir de allí se
descubrió la forma de aprovechar los recursos disponibles, tanto de
infraestructura como de alianzas, para adelantar talleres que condujeron a un laboratorio en torno a la siembra y la creación de huertos
caseros con la comunidad que se educa en casa. Sobre este proyecto
véase el apartado «El huerto en la biblioteca pública: sembrar en la
biblioteca es sembrar en la comunidad», escrito por nuestra profesional de servicios de sala Yuly Paulina León.
Por último, vale la pena destacar que dentro de los eventos especiales,
como las celebraciones que realiza la biblioteca, las conmemoraciones,
aniversarios o el carnaval anual Biblioteca Viva que se llevan a cabo
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La biblioteca pública: una mirada desde adentro
con los usuarios, la comunidad homeschool es una aliada esencial y conforma la columna vertebral de ello, al hacer evidentes los resultados
de los procesos y trabajar de la mano con la biblioteca para construir
beneficios colectivos más que particulares; pues esta ha entendido que
la biblioteca es un lugar de apropiación comunitaria y de proposición,
donde las políticas públicas locales de lectura y escritura se articulan
con quienes habitan el territorio, con el fin de crear.
Pensamos que los espacios consensuados que tienen en cuenta la enseñanza en casa, con el apoyo de la variedad de posibilidades físicas,
sociales y culturales que la biblioteca tiene para ofrecer, es una opción
que ha sido aprovechada por la comunidad homeschool, pues siempre
está sedienta de recibir nuevos aprendizajes, y la biblioteca siempre
está dispuesta a servir para satisfacerla.
Esperamos que la experiencia expuesta proporcione algunas luces sobre
las posibilidades de integrar a las personas y familias de homeschoolers,
cada vez de manera más integral, en las bibliotecas públicas. Asimismo,
se espera ampliar esta reflexión a partir del diálogo con las experiencias de otras bibliotecas públicas, lo que sin duda permitiría fortalecer
las prácticas y avanzar en su comprensión e incluso conceptualización.
Nota al pie
1. «El homeschool o educación en casa es una opción educativa en la que los padres deciden educar a los hijos fuera de las instituciones educativas tanto públicas como privadas. Esta es una opción que siguen alrededor de dos millones
de niños y jóvenes en Estados Unidos y por la que optan cada vez más personas en todo el mundo» (Global Connection. [s. f.]. Introducción al homeschool
o educación en casa. t.ly/0wZi).
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�Las personas
mayores en la
biblioteca pública:
orientación del
servicio hacia sus
necesidades
Magda Milena Lugo Cárdenas
Coordinadora de la Biblioteca Pública La Victoria
Resumen
Una biblioteca orientada al usuario es aquella que
adecúa sus programas y servicios a las necesidades de
este. El presente texto aborda cómo la biblioteca puede
disminuir la brecha digital intergeneracional, integrando
a las personas mayores en la sociedad de la información
por medio de las tecnologías de la información y la
comunicación (tic), impulsando el uso de aplicaciones
móviles y programas bibliotecarios que les permiten llevar
a cabo un envejecimiento activo.
Versión del documento n.o 5
�Preámbulo
El ser y el hacer de la biblioteca pública no giran únicamente alrededor del libro y la lectura, el usuario como persona es su principal interés. La biblioteca existe por la comunidad de usuarios a la que sirve,
son su verdadero motor, son como el alma para el cuerpo, sin ellos las
bibliotecas no tendrían sentido.
Son muchos los usuarios que visitan las bibliotecas, y diversas las estrategias que estas han desarrollado para el cumplimiento de su función
social; la que, junto a la función cultural, patrimonial, informativa y
educativa, conforma los pilares sobre los cuales la biblioteca asienta
su labor. El propósito de este texto es resaltar la importancia de los
programas para las personas mayores y la apuesta de la Biblioteca La
Victoria para integrarlos en la sociedad de la información.
Un colectivo de usuarios heterogéneo
Participar de una oferta cultural les permite a las personas mayores salir de entornos de mucha tensión, debido a problemas familiares, de salud o económicos. Los programas orientados a este colectivo, en las diversas instituciones del distrito, les brindan espacios de
entretenimiento y la oportunidad de integrarse con otras personas e
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�Las personas mayores en la biblioteca pública
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
intercambiar sus saberes y experiencias. En el caso de la biblioteca, es
necesario que el personal bibliotecario establezca un acercamiento a
esta población y trate con mayor claridad las realidades de las personas mayores que habitan el territorio. Esto será posible con mecanismos de seguimiento a los programas o servicios de los que hacen uso,
y por medio de la escucha, actividad muy importante en el servicio
bibliotecario, ya que la interacción con el usuario permite determinar
la diversidad de necesidades e intereses de las personas.
Asimismo, se deben tener en cuenta las dificultades que manifiestan
los usuarios, para identificar las debilidades y fortalezas del portafolio
de la biblioteca y llevar a cabo estrategias más efectivas y coherentes
con las poblaciones que atiende. En el caso de las personas mayores
es importante conocer sus entornos, intereses y dificultades.
La oferta de programas y servicios dirigida a este grupo etario debe, además, partir de considerarlos ciudadanos activos (que conocen tanto sus
derechos como sus obligaciones), a quienes se les debe ofrecer un portafolio que satisfaga sus necesidades de información, formación y ocio.
Brecha digital e inclusión
La brecha digital impide el acceso y uso eficiente de las nuevas tecnologías,
y las personas mayores forman parte del grupo poblacional que más obstáculos encuentra para acceder y usar las tecnologías de la información.
Para favorecer la inclusión e integración de este grupo en la sociedad de
la información, una de las estrategias bibliotecarias más utilizadas es la
alfabetización informacional. Aunque las limitaciones propias (físicas,
económicas y formativas, entre otras) favorecen la exclusión, las bibliotecas cuentan con plataformas tecnológicas y de conectividad gratuita
que atraen a muchas personas y les permiten desarrollar competencias
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�Las personas mayores en la biblioteca pública
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
informacionales por medio de sesiones de formación que los hacen partícipes de iniciativas para el acceso y uso de las nuevas tecnologías.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU ) plantea que los cambios tecnológicos pueden contribuir a la alienación de las personas de
edad carentes de educación o capacitación; pero también, la tecnología puede utilizarse para unir a las personas y contribuir de esta forma
a reducir la marginación, la soledad y la separación entre las edades.
Por consiguiente, habría que adoptar medidas para permitir el acceso, la participación y la adaptación a los cambios tecnológicos de las
personas de edad (Organización de las Naciones Unidas, 2002, p. 17).
Al respecto, las bibliotecas pueden atraer la atención de este colectivo de usuarios, incluyendo dentro del portafolio talleres sobre el uso
de teléfonos inteligentes, dispositivos masivamente utilizados por las
personas para mantener contacto, sobre todo con el entorno familiar.
Teniendo en cuenta que este grupo etario creció en otro momento
de la historia y requiere incluir en sus prácticas cotidianas las tecnologías de comunicación móvil, el acercamiento debe iniciarse con el
desarrollo de ejercicios de motricidad fina y de memoria, para facilitar el uso de las pantallas táctiles.
Con el fin de apoyar la experiencia del usuario, muchos dispositivos
incluyen una configuración de accesibilidad para asistencia visual, asistencia para personas con problemas auditivos, para habilidades reducidas o funciones como el «modo fácil», mediante el cual la pantalla de
inicio tiene un diseño más sencillo y ofrece interacciones más directas con las aplicaciones. Del mismo modo, hay íconos más fáciles de
visualizar, y agrandar el tamaño de la tipografía para la totalidad de
los contenidos que se muestran en el equipo puede ser de gran ayuda.
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�Las personas mayores en la biblioteca pública
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Por esta razón, las tiendas de aplicaciones móviles ofrecen un abanico
de posibilidades con grandes ventajas para las personas mayores: redes
sociales que les permiten integrarse a nivel social y familiar, incluso
evadir el aislamiento al que constantemente son sometidos; aplicaciones específicas para el control y seguimiento de su estado de salud, en
el que programan los medicamentos que deben tomar a diario, monitorean su frecuencia cardiaca y realizan seguimiento de los niveles
de azúcar, y un sinnúmero de juegos que ayudan a ejercitar la mente
y pasar los días con mayor tranquilidad.
Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) facilitan la
comunicación, el teletrabajo, el aprendizaje a lo largo de vida, la realización de compras, transacciones bancarias, entre otras, y para las
personas mayores desarrollar habilidades para acceder a estos recursos es vital para su accesibilidad y alcanzar un mínimo de calidad de
vida. Del mismo modo, las entidades territoriales disponen de canales
virtuales para la realización de trámites administrativos, a los cuales
las personas mayores con frecuencia también requieren acceder; y en
las bibliotecas públicas deben encontrar la facilidad técnica y operativa
para efectuar, por ejemplo, el registro de solicitudes, peticiones, quejas, reclamos, denuncias, sugerencias. El bibliotecario debe facilitar su
acceso como ciudadanos digitales a todos los servicios ofrecidos por
las diferentes instituciones, brindando orientación, acompañamiento
y programas de formación para promover un buen ejercicio de participación ciudadana y de reincorporación al desarrollo de la sociedad.
La lectura a lo largo de la vida
Es importante acompañar estos procesos de alfabetización de estrategias de promoción de lectura. Las personas mayores desean leer y la biblioteca debe ofrecerles acceso a periódicos y revistas para que puedan
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�Las personas mayores en la biblioteca pública
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
mantenerse informados. Asimismo, se necesita brindarles colecciones
conformadas por obras de su interés, que incluyan a sus autores y temáticas favoritas, y de ser posible en los formatos adecuados (escritos
en una tipografía grande o contar con lupas para facilitar su lectura).
Los procesos de promoción de lectura permiten el desarrollo de ciertas
capacidades humanas a nivel social, intelectual y ciudadano. Particularmente, en la tercera edad, estos invitan al intercambio de saberes, la
posibilidad de ejercitar las habilidades interpersonales y de argumentación y, algo muy importante, generan escenarios en los que la voz
propia es escuchada y enriquecida por la de los demás. Es bien sabido que muchos de los usuarios que se encuentran en esta franja etaria carecen de lugares en los que sus ideas y deseos sean escuchados
e interpelados. Por eso, más que la lectura y escritura como procesos
relacionados con el manejo del código escrito, el desarrollo de estos
ejercicios en el marco de la misión de la biblioteca pública insta a la
creación de subjetividades e intersubjetividades dialogantes.
De igual manera, es importante identificar otros tipos de medios que
puedan ser de su interés: música, audiolibros, películas y materiales
especialmente diseñados para ellos, los cuales pueden exponerse a
modo de centros de interés y asociarse con actividades individuales
o grupales que les permitan ser más activos y saludables. En lo que
respecta a la tradición oral, las aportaciones de las personas mayores
son esenciales en todo tipo de actividades que giren en torno a la recuperación colectiva de la memoria histórica.
Por otra parte, las bibliotecas públicas se han convertido en espacios
fundamentales para promover el intercambio de conocimientos, y son
varias las actividades que permiten fomentar y facilitar el diálogo intergeneracional. La Declaración de Túnez sobre bibliotecas, lectura y diálogo
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�Las personas mayores en la biblioteca pública
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
intergeneracional (2011) expone que «las bibliotecas deben trabajar activamente en reducir la segregación y el aislamiento ocasionados por la
edad, con el propósito de lograr la construcción de una sociedad cohesionada, a través de los servicios intergeneracionales» (Federación
Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas, 2011,
p. 23). En las bibliotecas tienen acceso usuarios de diferentes edades,
se comparten servicios, espacios y recursos, y es necesario que los bibliotecarios determinen estrategias que activen estas posibles relaciones de concurrencia intergeneracional, promoviendo las relaciones
entre niños y abuelos, fomentando una actitud positiva hacia la vejez,
favoreciendo la empatía, la comprensión de la discapacidad y el aprendizaje a partir de la experiencia.
Bibliotecas como agentes de cambio
Para finalizar, vale la pena resaltar la idea inicial: la biblioteca existe
por la comunidad de usuarios a la que sirve, y los bibliotecarios debemos tener una postura abierta frente a las necesidades reales de la población de usuarios a la que servimos, las cuales no son solamente de
información. Los profesionales a cargo de las bibliotecas debemos
desempeñar un rol más activo dentro de las bibliotecas como agentes
de cambio, centrar sus servicios en el habitante de la biblioteca y explorar diferentes soluciones a las problemáticas de su entorno.
El trabajo con las personas mayores en la Biblioteca Pública La Victoria
se ha desarrollado gracias a la vocación de servicio de diversos funcionarios de la Red, de técnicos de servicios de información, como
Dorys Benito, Camilo Rojas y Nathaly Giraldo, quienes han desarrollado metodologías de formación en alfabetización informacional, y
quienes, con mucha paciencia, han descubierto estrategias para generar habilidades relacionadas con el uso de las TIC en nuestros abuelos,
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�Las personas mayores en la biblioteca pública
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
como cariñosamente los denominamos; de promotores de formación
y contenidos, como Ángela Mesa, Claudia Pastor y Rodolfo Beltrán,
quienes con su conocimiento y didáctica han motivado y acompañado sus viajes en el tiempo y la memoria a través de la palabra escrita
y hablada; de Camilo Igua, profesional de la Escuela de Mediadores,
quien cada semana inyecta dosis de motivación a quienes buscan una
segunda oportunidad para aprender a leer, y de Mireya Melo y Janett
Arévalo, auxiliares de servicios, quienes por más de diez años han hecho posible que la biblioteca sea para muchos de nuestros usuarios un
segundo hogar, un espacio para establecer lazos y fortalecer comunidades. Ellos y todo el equipo de BibloRed hacen posible que las bibliotecas sean una red de oportunidades.
Referencias bibliográficas
Annan, K. (2003). Discurso inaugural de Federación Internacional de Asociaciones
la primera fase de la WSIS [ponencia]. Cum- de Bibliotecarios y Bibliotecas (2011). Debre Mundial sobre la Sociedad de la Infor- claración de Túnez sobre bibliotecas, lectura y
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García, F. (2008). Integrando a los mayores Hernández, C. (2011). Innovación TIC para las
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Informe de la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento: Plan de Acción Internacional de Madrid.
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�La pausa en
el hábito de la
lectura desde el
contexto de la
dromología de
Paul Virilio
Hernán Darío Bermúdez Ruiz
Coordinador de la Biblioteca Público-Escolar La Marichuela
Resumen
El presente texto es una reflexión en torno a la pausa
como aspecto central para la adquisición del hábito
de la lectura. Para ello, se asumen los ámbitos familiar,
escolar y social como espacios en los cuales se puede
lograr dicho hábito. Por una parte, invita a analizar la
manera como comprendemos y como interactuamos en
nuestra cotidianidad, y por otra parte, propone una serie
de estrategias centradas en la pausa en el contexto de la
práctica de la lectura.
Versión del documento n.o 4
�La cultura científica es muy ventajosa
como modelo de racionalidad porque […]
ese hábito inveterado de la velocidad,
chapucería y negligencia publicitada en los
fenómenos de la vida contemporánea […]
nos conduce inevitablemente a accidentes y
errores por otro lado previsibles.
SANTIAGO PASCUAL, El hombre emergente
La tecnología como nueva «nana»
Con base en el planteamiento de Paul Virilio (2006), respecto a la
vertiginosa velocidad de transformación del mundo contemporáneo,
propongo un análisis en torno a su repercusión en el hábito de la lectura en la sociedad. En especial, en lo que respecta a la disposición y
la voluntad que exige la práctica de la lectura.
En este contexto, y desde la premisa de que las prácticas sociales han
cambiado como resultado del desarrollo tecnológico, se entiende que
los soportes de la práctica de la lectura se han transformado. Los lectores hoy pueden recurrir a textos físicos, en audio e hipermediales,
lo que brinda una gama de posibilidades frente a sus gustos. Además,
este mismo desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ha conducido a que gran parte de la sociedad ponga en
manos de los «aparatos» sus relaciones sociales y algunas de sus necesidades y complacencias.
Encontramos, por ejemplo, que en el ámbito familiar las relaciones e
intercambios están mediados por las nuevas «nanas» (celular, computador, T V ). En consecuencia, la defensa de algunas tradiciones se
ha visto supeditada a la aceleración. La oralidad, como elemento de
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�La pausa en el hábito de la lectura desde el contexto de la dromología de Paul Virilio
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
transmisión, se puso audífonos, y el diálogo entre padres e hijos cambió el sillón por la pantalla.
De igual manera, en el ámbito escolar, el proceso enseñanza-aprendizaje debe responder a la inmediatez. Los aparatos, aunque son una
herramienta de apoyo pedagógico, también han mediado en la relación estudiante-maestro. En ocasiones, hasta el diálogo que se puede generar en el aula alrededor de un tema debe esperar la respuesta
al mensaje del celular. Mientras tanto, el maestro debe poner a competir su enseñanza con lo instantáneo de las imágenes, la música, los
textos y los datos del aparato. Por su parte, los estudiantes ponen su
disposición para el aprendizaje en la pantalla. ¡Esta es la ventaja de la
nueva «nana»! ¡Se puede ir con ella a todas partes!
No se trata aquí de oponerse al desarrollo tecnológico, sino de hacer una crítica respecto al cómo la hemos asumido. La tecnología es
una herramienta para la vida, no para volver la vida una herramienta.
Como lo dijo Charles Chaplin en 1940: «No sois máquinas, ¡hombres es lo que sois!».
La práctica de la lectura en la contemporaneidad
Los nuevos modos de lectura son una realidad. El soporte físico del
libro, su adquisición y acceso han entrado a compartir sus espacios
de circulación con los medios digitales y virtuales. La «vieja guardia»
correlaciona su accionar con las dinámicas de la nueva generación, a
pesar de los debates entre lo romántico y lo práctico. Lo que resulta
claro es que no se puede pelear con aquello que nos posibilita la agilización de procesos. En este sentido, la presente reflexión gira alrededor de la pregunta sobre cómo se lee hoy.
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�La pausa en el hábito de la lectura desde el contexto de la dromología de Paul Virilio
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Frente a ello, es necesario tener en cuenta el contexto dromológico
planteado por Virilio (2007). La centuria de la velocidad absoluta presume que la práctica de la lectura se caracteriza hoy en día por lo mediato y lo preciso. Pareciera como si el detalle de la fórmula, del drama
y de la obra tuviesen que sucumbir ante el aclamado y paranoico tema
del momento. El tiempo y el espacio para la asimilación y el asombro
deben responder al instante, de lo contrario danzan en lo «aburrido».
La dromología actual genera que los sujetos asuman comportamientos que deben responder a las exigencias económicas, políticas y sociales para poder estar en este mundo que se centra en la demanda de
productos que llevan al «bienestar». Por consiguiente, la cultura y la
recreación dependen de cuán productivo se es y, en última instancia,
solo se refiere a cuánto dinero y disposición se poseen; puesto que el
acceso a la oferta cultural implica contar con la suficiente capacidad
económica para asistir a obras o muestras de arte que nos lleven a estados de satisfacción, al igual que tener la disposición para disfrutar de
estas, lo cual requiere desligarse de las asimilaciones y comportamientos acelerados que, de seguro, llevarán a altos grados de insatisfacción.
En cuanto a este segundo aspecto, la práctica de la lectura requiere
de una disposición consciente desde la cual se pueden producir intercambios, en profundidad, con autores y textos. Es difícil practicarla
cuando anteponemos al placer y al análisis la inmediatez y la velocidad, cuando supeditamos la comprensión del método y el diálogo con
el drama a la síntesis práctica del tecnicismo.
La pausa en la práctica de la lectura
En este escenario, la pausa toma importancia como estímulo para la
disposición. Vista desde la psicología del desarrollo, Perinat (2007)
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�La pausa en el hábito de la lectura desde el contexto de la dromología de Paul Virilio
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
plantea que, por ejemplo, la pausa que hace el bebé cuando se está
amamantando tiene la función de permitir la intervención de la madre para el reaprendizaje. Asimismo, la psicología educativa dice que
la pausa es producto del «cambio de turnos» conductuales, a partir
de los cuales se tejen relaciones diádicas que conllevan dar y recibir.
Por su parte, la psicología social alude a que la pausa conduce a una
mayor disposición para la meditación y, por consiguiente, se aleja de
presiones que interrumpen la comunicación.
En este orden de ideas, bien sea como acto de reaprendizaje, de relaciones diádicas o para el intercambio, la pausa es un aspecto sustancial en la relación autor-lector. Por lo tanto, prescindir de ella en la
práctica de la lectura posiblemente puede influir en la transmisión de
la cultura y del saber, y en la manera como nos comunicamos con los
diferentes ámbitos del medio social.
La pausa de la lectura en el ámbito familiar
En el ámbito familiar —como escenario cultural en el que se genera la costumbre— es donde, siguiendo a Bourdieu (2007), la pausa se
convierte en un eslabón fundamental para proveer los mecanismos de
disposiciones duraderas como base del hábito de la lectura. Es decir,
es un ámbito en el que se pueden desarrollar una serie de simbologías
y acciones que inciden en la transmisión.
En consonancia, el hecho de que en los hogares exista una biblioteca, de que se cuelguen retratos de grandes personajes de la historia,
de que los hijos vean a sus padres leyendo y dialogando en torno a un
tema, entre otros, se traduce en la simbología necesaria para que el
hábito se transmita entre miembros adultos y jóvenes.
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�La pausa en el hábito de la lectura desde el contexto de la dromología de Paul Virilio
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Asimismo, en tanto se asuman espacios de lectura en voz alta y de diálogo alrededor de temas económicos, educativos, sociales y culturales, el ámbito familiar siembra las futuras pausas para la práctica de la
lectura como hábito; el cual, en ocasiones, se puede contraponer a la
acelerada oferta del mercado. Por consiguiente, la pausa en la familia
posibilita un ritmo de vida en el que los jóvenes intuyen una manera
de correlación con los adultos, no desde la óptica del utilitarismo, sino
desde la captación del ejemplo, la admiración y el reconocimiento. A
su vez, los adultos establecen los marcos diferenciales de las nuevas
generaciones sin dar paso al juicio por la tradición.
La pausa y el hábito lector en la familia son así una cadena para establecer, con claridad, los momentos en que se responde a los requerimientos del veloz mundo contemporáneo. De ahí que padres e hijos necesiten advertir que las apetencias económicas y de las nuevas
«nanas» tecnológicas pueden tener un tiempo y un espacio, siempre y
cuando sea en una segunda o tercera instancia, cuando los miembros
acudan a sus espacios y tiempos íntimos.
La pausa de la lectura en el ámbito escolar
En cuanto al ámbito escolar, la lectura como práctica de comprensión
e interpretación necesita de la pausa para poder entablar los diálogos
de asimilación de los temas; pero, al tiempo, estrechar el lazo entre la
escuela y la familia. En el proceso de enseñanza-aprendizaje la pausa
se traduce en un silencio en pro de la aprehensión y el reforzamiento.
Su relación con la lectura posibilita llegar al qué, al porqué, al cómo y
al para qué del saber y de las artes. Se convierte en una oportunidad
de correlación con el mundo de la ciencia, de la imaginación, la creatividad y la ficción, desde donde se pueden considerar los momentos
para pensar y actuar en torno a la competitividad y la complacencia.
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�La pausa en el hábito de la lectura desde el contexto de la dromología de Paul Virilio
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Puesto que la enseñanza-aprendizaje es un proceso, en este ámbito la
pausa implica tener en cuenta simbologías y acciones alrededor de la
lectura. Si los estudiantes ven leer al maestro en la sala, en la biblioteca, en el lugar de descanso o en otros entornos, y si la institución
desarrolla un plan institucional y transversal de lectura, se estarán
brindando los espacios y tiempos simbólicos que estimularán, desde
la perspectiva del estudiante, la práctica de la lectura.
De igual manera, si como resultado del plan de lectura se realizan
actividades institucionales que promuevan la representación artística
y cultural, la lectura y la recreación, y si a partir de dicho plan cada
asignatura, área o núcleo trabajan las temáticas teniendo en cuenta pausas que incluyan la lectura en voz alta, la narración oral, entre
muchas otras estrategias, se estarán ejecutando acciones que invitan
al estudiante a asumirlas, replicarlas y discutirlas en relación con las
ejecutadas en su ámbito familiar.
Así, familia y escuela se asumirían como espacios donde la pausa posibilita la consolidación del hábito y la comprensión de la lectura en los
futuros sujetos sociales, quienes contarán con las bases de transmisión
y formación propias para enfrentar, de manera tranquila y desacelerada, las dinámicas del desarrollo. Es decir, permitirá que el mensaje se escuche y analice; el escrito se lea y se refute, y la interacción se
sustente en ámbitos y tiempos que sobrepasen la vertiginosa carrera
por responder al producto y la farándula.
La pausa, la familia y la escuela se configuran como ámbitos en los
que el sujeto retoma su faceta social para relacionarse con el otro, lo
que contrarrestaría, de acuerdo con Virilio (2006), esa vertiginosa velocidad de transformación con la cual queremos asumir hoy el arte
de la vida. La pausa es casi una necesidad natural para la convivencia
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�La pausa en el hábito de la lectura desde el contexto de la dromología de Paul Virilio
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
y la proyección del ser. Y a pesar de que el desarrollo tecnológico es
una invención humana para agilizar procesos, la dromológica carrera desde la que deseamos responder a las exigencias del mundo actual
no es más que el afán, sin razón, por pertenecer a una sociedad en la
que el salvajismo del consumo, la farándula y la superficialidad nos
quieren absorber.
Por tanto, es un deber humano saber establecer la diferencia entre la
vida con el mundo físico (de cemento), y la vida con los otros (los seres vivos). Es decir, no podemos permitir que, la vida contemporánea,
como lo diría Pepe Mujica, nos lleve a pensar como vivimos, en vez
de vivir como pensamos.
Referencias bibliográficas
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�El huerto en
la biblioteca
pública:
sembrar en la
biblioteca es sembrar
en la comunidad
Yuly Paulina León Murcia
Profesional de servicios de sala de
la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo
Resumen
En el presente texto se recogen algunos elementos
esenciales sobre la pertinencia de implementar el
proyecto de huerto en la biblioteca pública como
estrategia de fortalecimiento de los lazos con la
comunidad, la promoción del cuidado de la naturaleza
y la agricultura urbana como un paso hacia la soberanía
alimentaria.
Versión del documento n.o 3
�Preámbulo
La idea de hacer un huerto en la Biblioteca Pública Julio Mario Santo
Domingo fue saltando como piojito de cabeza en cabeza, hasta que un
día, algunas de esas cabezas se juntaron para hacer realidad un proyecto que nos ha traído grandes satisfacciones como bibliotecarios y
como miembros de la comunidad. Cada instante del proceso ha sido
una oportunidad de aprendizaje conjunto, un espacio para generar
reflexiones en torno al papel de la biblioteca y el bibliotecario en la
circulación de saberes y la construcción de nuevos conocimientos y
prácticas alrededor de la preservación del medio ambiente, de lo que
podemos hacer como institución social y del impacto que pueden tener nuestras iniciativas en las comunidades y en la biblioteca misma.
Por eso, el objetivo de este texto es compartirles una convicción: la
construcción de un huerto en la biblioteca pública es una estrategia
eficiente para la promoción del cuidado del medio ambiente y la circulación de saberes en la comunidad.
Un contexto desde las agendas
internacionales y nacionales
Quizá una de las ideas que podría resonar en la cabeza de nuestros
bibliotecarios, al pensar en la implementación de un huerto en la
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�El huerto en la biblioteca pública
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
biblioteca, es que precisamente las bibliotecas públicas ya tienen una
amplia gama de funciones a cargo como para asumir este tipo de proyectos que bien podrían ser desarrollados por instituciones como la
Secretaría de Ambiente o el Jardín Botánico, que cuentan con profesionales especializados y recursos físicos y económicos para ejecutar
proyectos de esta índole; que buscan, entre otras cosas, promover la
protección del medio ambiente y la soberanía alimentaria.
No obstante, al indagar en los documentos que sustentan la razón de
ser de las bibliotecas, por ejemplo en las Directrices IFL A /Unesco para
el desarrollo de las bibliotecas públicas (2001), encontramos que este tipo
de propuestas son una forma de materializar la idea de que las bibliotecas no son solo lugares para el acceso al conocimiento, la cultura, la
información, los recursos y los servicios, sino que son escenarios de
encuentro para la comunidad. Además, son agentes esenciales para el
progreso social y el desarrollo humano de las comunidades, porque
su trabajo está orientado a la identificación de las necesidades del entorno, propiciando espacios para la discusión, la reflexión y el análisis
crítico de las realidades sociales que influyen directa o indirectamente en la calidad de vida de las personas.
En el mismo sentido, siguiendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ods) planteados por la Organización de las Naciones Unidas en su
Agenda 2030, en torno al desarrollo económico, ambiental y social
de las comunidades, las bibliotecas también pueden realizar aportes
importantes desde su quehacer cotidiano por medio de la implementación de proyectos orientados a la promoción del cuidado del medio
ambiente y la agricultura urbana. Algunos de esos objetivos conectan el tema medioambiental con el desarrollo social, nos hablan de
poner fin al hambre promoviendo la seguridad alimentaria, mediante
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�El huerto en la biblioteca pública
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
la práctica de modalidades de consumo y de producción sostenibles,
que impacten en el bienestar de todos. De la misma forma, se estarían promoviendo aquellos objetivos que mencionan la necesidad de
combatir el cambio climático, revertir o detener cuanto antes la degradación de las tierras y la pérdida de la diversidad biológica.
Estos objetivos tienen en común el interés por mejorar la calidad de vida
de las personas y mitigar el impacto de las acciones humanas en el medio ambiente. Al respecto, es importante resaltar que Colombia no solo
forma parte de las naciones que se adhirieron a este acuerdo programático, sino que desempeñó un papel protagónico como uno de los países
que trabajó en su diseño desde la Conferencia Río + 20 en 2012. Por ello,
los planes de desarrollo y las políticas públicas que de allí se desprenden
deben estar en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En la misma línea, a nivel distrital se ha hecho evidente el interés por
promover desde varios frentes la ejecución de proyectos orientados al
reconocimiento y la protección de los diversos espacios naturales de
Bogotá (por lo menos de aquellos en donde los intereses económicos
no priman sobre el bien común), además de la exploración y el aprovechamiento del potencial que como ciudad tenemos en la siembra de
nuestros propios alimentos. Lo anterior se expone ampliamente en el
Documento Conpes n.o 09 de 2019, en el cual se propone una mirada
holística de las problemáticas que afectan a la población en general,
pero que suelen tener mayor impacto en la población más vulnerable.
Lo anterior nos ofrece un primer panorama acerca de la pertinencia de
adoptar desde las bibliotecas públicas estrategias que contribuyan no
solo al logro de los objetivos del milenio, sino que, a su vez, les permitan ser reconocidas como verdaderos agentes que coadyuvan al desarrollo social y comunitario, en este caso, enfocándonos en estrategias
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�El huerto en la biblioteca pública
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
para la promoción del cuidado del medio ambiente. De esta manera,
un huerto en la biblioteca puede ser también un lugar en donde se tejen nuevas formas de habitar sus espacios, con la posibilidad de construir otros aprendizajes para ser más conscientes del aporte que podemos hacer, a nivel individual y colectivo, en la conservación de los
recursos naturales, de nuestras tradiciones y, por ende, de la soberanía alimentaria a la cual tenemos derecho.
El encuentro intergeneracional y el diálogo de saberes
alrededor de un proyecto conjunto
Si algo tiene la biblioteca pública es que es un espacio que nos permite a nosotros como bibliotecarios, independientemente de nuestra área
específica de conocimiento, explorar una amplia gama de posibilidades
a la hora de poner en marcha una nueva propuesta; porque, entre otras
cosas, no estamos atados a un currículo y contamos con la participación
de usuarios motivados por un interés genuino o, por lo menos, por la
curiosidad de saber qué es lo que se hace en la biblioteca. Además, tenemos la posibilidad de contar en un solo programa con la participación de niños, jóvenes y adultos con intereses y expectativas tan variadas
como las semillas que sembramos, quienes muchas veces confluyen en
conversaciones divertidas o en el compartir de saberes disímiles que al
final resultan interesantes sin importar la edad del interlocutor. Así lo
manifiesta Gloria Pedraza, una de las usuarias que ha participado durante todo el proceso junto a su esposo y su hijo de seis años:
La primera sensación agradable que tuvimos fue descubrir
que este grupo de personas estaba constituido por gente muy
diversa: niños, madres, padres, adultos mayores, jóvenes. Todos
con diferentes saberes en diferentes áreas del conocimiento.
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�El huerto en la biblioteca pública
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Nunca habíamos tenido la oportunidad de compartir y trabajar
en un grupo donde encontráramos gente tan diferente y
precisamente ha sido eso la gran ventaja que ha tenido esta
comunidad del huerto. Cada uno, desde su experiencia, ha
aportado su trabajo y su sabiduría y eso ha enriquecido este
experimento natural-comunitario. En cada encuentro hemos
sabido convivir unos con otros generando unos lazos cada
vez más fuertes y con sentido a largo plazo. (Gloria Pedraza,
comunicación personal, 6 de abril de 2020)
Del anterior testimonio deducimos que con el trabajo en el huerto
no solo se genera un espacio para el diálogo de saberes y construcción de nuevos conocimientos, sino que se construyen lazos que perduran, gracias a una interacción constante en la que nuestros usuarios dejan de ser solo participantes para convertirse en parte de la
biblioteca; seres cercanos, con rostro y palabras que resuenan y, así
mismo, empezamos a generar un compromiso con la naturaleza y
con la comunidad. Allí, los niños y las niñas también desempeñan
un papel importante porque siempre tienen algo que aportar, algo
que preguntar y en una relación horizontal, de igual a igual, conversan con los adultos, exponen abiertamente sus ideas, con la certeza de que serán escuchados, pues son reconocidos siempre como
interlocutores válidos.
El huerto es un espacio para el encuentro intergeneracional en torno a un proyecto común, en el que todos podemos ser partícipes en
cada momento del proceso, desde la construcción de las camas para
la siembra hasta ver cómo, con cuidados y mantenimiento constante,
la vida se va abriendo paso ante la mirada perpleja de grandes y chicos, pese a que algunos de ellos ya lo habían visto antes.
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�El huerto en la biblioteca pública
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
De la misma manera, el huerto posibilita la transformación de espacios
y dinámicas particulares en la biblioteca, en este caso se transforma un
espacio muerto en un lugar lleno de vida, no solo por las plantas que se
siembran y las aves e insectos que comienzan a visitarnos, sino por las
interacciones que se generan entre las personas a partir del desarrollo
de actividades inherentes a todo el proceso de la siembra. Así, un espacio inerte puede convertirse en un ambiente de aprendizaje, que no
tiene que ver con la educación formal y, sin embargo, permite la construcción de conocimientos que son transversales a la vida. Aprendemos
a compartir lo que sabemos, a preguntar lo que no entendemos, llevamos a la práctica esos nuevos aprendizajes y empezamos a comprender
cómo todo eso se relaciona con nuestra realidad social.
Conciencia ambiental y ciudadanía crítica
Es bastante común escuchar acerca del cambio climático y sus implicaciones para la vida en el planeta. A pesar de ello, en ocasiones pareciera
que esa realidad, aunque la conocemos, no alcanza a tocar nuestra cotidianidad, quizá porque estamos tan embebidos en nuestras propias circunstancias, en el ajetreo diario y en el afán por consumir, que no nos
damos cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor. En este sentido, el
huerto es también un espacio para reconocer, dialogar y discutir acerca del ambiente natural que nos rodea, para ver con otros ojos esos árboles del parque al lado de los cuales pasamos tantas veces sin siquiera
percatarnos de su existencia, del color y la vida que le dan a nuestro entorno. Observar el crecimiento de las plantas y tener la oportunidad de
cosechar y alimentarnos de ellas necesariamente genera un cambio en
la manera como percibimos la naturaleza, pues vemos de cerca su maravilloso trabajo y cómo la vida está ahí, siempre dispuesta para nosotros,
aunque no la apreciamos lo suficiente y no la cuidamos lo suficiente.
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�El huerto en la biblioteca pública
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Estas reflexiones no solo nos tocan desde lo emotivo, sino también desde lo práctico, porque no basta con cambiar nuestra manera de percibir el entorno natural, si esto no modifica en nada nuestras prácticas
cotidianas. Por eso insistimos en la necesidad de construir juntos una
conciencia ambiental, entendida como un «sistema de vivencias, conocimientos y experiencias que el individuo utiliza activamente en su relación con el medio ambiente» (Febles, 2004, p. 5). Esta conciencia ambiental se empieza a ver reflejada poco a poco en los discursos y en las
acciones de nuestros usuarios, como lo menciona Luz Dary, quien ha
participado junto con su hija de dos años desde el inicio del proyecto:
En estos encuentros del huerto hemos hecho conciencia de
muchas cosas que podemos hacer para aportar a mantener la
vida y su equilibrio natural, como por ejemplo, la protección
de las fuentes de agua, la disposición adecuada de residuos
sólidos y líquidos, la disminución del uso de plásticos, el
cambio de los hábitos irracionales de consumo y la elección
de gobiernos comprometidos con políticas ambientales a favor
de la vida, entre otras. (Luz Dary Sarmiento, comunicación
personal, 13 de abril de 2020)
De manera que el hecho de aprender cómo funciona la naturaleza y
reconocer cuál es nuestro impacto sobre ella es un primer paso para
identificar aquellas acciones que podemos transformar. En consecuencia, se hace indispensable que durante el proceso sean incluidos otros
temas que forman parte del cúmulo de acciones frente a la protección
del medio ambiente, entre ellos: la identificación y reconocimiento de
las diferentes problemáticas ambientales, el concepto de soberanía alimentaria y el derecho a las semillas, las implicaciones de la toma de
decisiones gubernamentales respecto al patrimonio natural y cómo
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�El huerto en la biblioteca pública
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
estas afectan el bien común, entre otras cuestiones que van surgiendo en el camino producto de los nuevos intereses.
En ese punto, la biblioteca también tiene mucho que aportar, ya que
no solo es el escenario, sino que funge como mediadora entre esos
saberes que traen los usuarios y los nuevos aprendizajes que podrán
construir mediante el diálogo, la práctica y la exploración de los recursos bibliográficos y digitales, que contribuyen en gran medida a
generar ese interés por indagar y seleccionar la información que nos
interesa o que necesitamos.
Al respecto, como bibliotecarios sabemos que si bien la información
es importante, el tenerla a la mano no necesariamente redunda en
la transformación de las prácticas o de hábitos de consumo. Por ello
trabajamos por generar escenarios y situaciones que posibiliten una
relación dialógica, espacios de discusión que estén abiertos a las posiciones críticas, pero sobre todo, en donde se generen más inquietudes
que certezas y podamos cuestionarnos acerca de nuestro compromiso con el bien común y sobre cómo nuestras decisiones, informadas
o no, afectan al colectivo; es decir, frente al papel que cada uno tiene
en el ejercicio responsable de la ciudadanía.
El efecto multiplicador de nuestro trabajo en el huerto
En este último punto quiero hacer especial énfasis en el efecto multiplicador que la experiencia del huerto genera en la comunidad, no
solo en quienes participamos, sino en quienes observan lo que sucede allí. Si bien es cierto que este es uno de los objetivos del huerto, al
emprender este proyecto pronto se encontrarán con un efecto mucho mayor del que esperaban, un interés enorme tanto de los usuarios como de los funcionarios. Empezarán a recibir mensajes y fotos
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�El huerto en la biblioteca pública
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
de nuevas germinaciones, de plantitas que están dando sus primeros
frutos en casa y sentirán la felicidad enorme que se produce, tanto en
las familias como en los bibliotecarios, al ver cómo el proyecto crece
y se multiplica. Y es precisamente esa felicidad la que los impulsará a
seguir fortaleciendo uno de los procesos que convierte a la biblioteca
en una comunidad de experimentación, a medida que encontramos
nuevas formas de relacionarnos con la naturaleza. De este modo, ya no
solo habrá un huerto en la biblioteca, sino una red de pequeños huertos familiares que se reproducen de casa en casa, ofreciendo la oportunidad del intercambio de afectos, semillas, saberes y experiencias.
Esto en gran medida es posible gracias a la diversidad de saberes que
existe también en el equipo de funcionarios. Entre los auxiliares y
profesionales de sus bibliotecas podrán encontrar un gran potencial en cuanto a habilidades y conocimientos, descubrirán que en un
mismo espacio hay estudiantes de Ciencias, Arquitectura, Ingeniería,
Derecho, Biología, Artes o Bibliotecología, y otros que, por su parte,
habrán tenido experiencias de siembra en el campo con sus familias.
Esta multiplicidad de saberes y visiones sobre el mundo serán un gran
aporte para el huerto y para cualquier proyecto que se emprenda en
la biblioteca. Como bien lo manifestó Daniel Goldin en Experimentar
comunidad y construir comunidades de experimentación:
Hay muchas formas para hacer de las bibliotecas una comunidad
de experimentación. Lo esencial es la habilitación de un espacio
para la conversación y el análisis en el interior del grupo de
bibliotecarios. Mientras más plural sea el grupo tanto desde la
perspectiva horizontal (diversidad de saberes y oficios) como
vertical (diversidad de jerarquías y grados de conocimiento),
más fértil será la conversación. (Goldin, 2019, s. p.)
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�El huerto en la biblioteca pública
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
En realidad, esto también es posible cuando las personas que trabajan en la biblioteca traspasan la barrera de ser solo funcionarios, para
apropiarse de la función social que se cumple en ella, y logran hacerla
parte de cada una de sus acciones, cuando entienden la importancia
de su labor, independientemente de su cargo.
Después de todo, en la biblioteca no siempre sabemos lo que va a suceder, hay encuentros y desencuentros. Allí se dan toda clase de intercambios que la hacen un lugar especial, y este proyecto permitirá
que esos intercambios se multipliquen. Por ello, creo que un huerto
en la biblioteca tiene toda la pertinencia, sobre todo en una época en
la que es más sencillo destruir que construir, criticar que hacer, perder la esperanza en lugar de resistir. Y precisamente eso es el huerto
en nuestra biblioteca, una forma de resistencia frente a esta realidad
que nos absorbe, como queriendo arrebatarnos el poder de transformación que cada uno de nosotros tiene desde las pequeñas acciones.
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las bibliotecas públicas.
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�El papel político
de la biblioteca
pública en
la formación
de ciudadanos
críticos
John Alonso Gil Alvarado
Coordinador de la Biblioteca Pública de Suba Francisco José de Caldas
Resumen
En el presente texto se define el papel político de la
biblioteca pública como institución social, a partir del
seguimiento y análisis de algunas lecturas de autores
contemporáneos. Además, se proponen algunas ideas y
conceptos, con el fin de ayudar a problematizar el papel
político de la biblioteca pública en la formación de
ciudadanía. Por último, se describe el contexto en el cual
se ha dado la construcción de política pública en BibloRed
y se establecen algunos aspectos relevantes en la formación
del ciudadano a partir de la lectura crítica.
Versión del documento n.o 6
�Como dijo el caminante en su largo
caminar,
todo cabe en un bolsillo sabiéndolo
acomodar,
y si el bolsillo es Colombia,
todos cabemos en paz.
JORGE VELOSA
Concepto de biblioteca pública
La biblioteca pública es un espacio para la formación de la identidad
individual y de ciudadanos libres, por medio del acceso a la información y la participación de los sujetos en la cultura, lo cual afecta su
toma de decisiones. La biblioteca pública desarrolla un especial protagonismo en las dinámicas sociales y su quehacer contribuye directa
e indirectamente a la solución de las desigualdades culturales, económicas, educativas y organizativas de las personas. En otras palabras,
la biblioteca pública, como institución social, se debe a la concreción
de diálogos y conocimientos diversos de un colectivo en pro del logro
de sus metas comunes.
En consecuencia, pensar las bibliotecas como «espacios de organización, educación y participación de las personas y las comunidades
por medio del uso de la lectura y la escritura» (Álvarez, 2005, p. 56)
nos permite inferir que allí el uso del lenguaje posibilita la lectura de
un mundo con múltiples variables y dilemas por resolver. Por tanto,
la biblioteca pública debe fortalecer su papel como institución social
que promueve la formación de ciudadanos, y agudizar el sentido de
observación de la realidad social de las comunidades para la formulación de políticas en procura del mejoramiento de la calidad de vida de
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�El papel político de la biblioteca pública en la formación de ciudadanos críticos
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
todos los sujetos involucrados. En este sentido, debemos reflexionar
e interpretar el papel de la biblioteca pública en su actuar político en
el contexto de la formación de ciudadanos críticos.
Ahora bien, la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios
y Bibliotecas (IFLA , por sus siglas en inglés) plantea dentro de sus directrices un modelo de biblioteca que procure la formación de ciudadanos teniendo en cuenta que:
[…] la libertad, la prosperidad y el desarrollo de la sociedad y de
la persona son valores humanos fundamentales que solo podrán
alcanzarse si ciudadanos bien informados pueden ejercer sus
derechos democráticos y desempeñar un papel activo dentro de
la sociedad. La participación constructiva y la consolidación de
la democracia dependen de una buena educación y de un acceso
libre e ilimitado al conocimiento, el pensamiento, la cultura y
la información. (Federación Internacional de Asociaciones de
Bibliotecarios y Bibliotecas, 1994)
En otras palabras, el sujeto social requiere de la información para empoderarse como sujeto individual; así, para el ciudadano contemporáneo la información es una herramienta política que reivindica sus
acciones y su voz. La biblioteca pública no solo es un centro de recepción, almacenamiento y difusión de información, cultura y educación,
también representa el poder político, al ser una institución ideológica
que contribuye a reconstruir el imaginario del ciudadano.
Por otro lado, en la actualidad, BibloRed ha adoptado diversas prácticas políticas que permiten constatar que existen distintas perspectivas en cuanto a cómo se orienta la formación ciudadana. Esto puede
deberse a las múltiples definiciones del papel y misión de la biblioteca
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�El papel político de la biblioteca pública en la formación de ciudadanos críticos
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
pública en la sociedad y su responsabilidad en cuanto a formar ciudadanía. En este punto es justo decir que la biblioteca aún no se vincula
de manera orgánica y sistemática a la formulación de políticas públicas de sus comunidades.
Aun así, BibloRed es un referente tanto en el país como en América
Latina, ya que promueve y difunde nuevos hábitos de lectura en Bogotá
y persiste en la tarea de facilitar el acceso al libro y a las nuevas tecnologías de manera pública y gratuita. Es un espacio alternativo en
una ciudad que ha crecido exponencialmente y de manera desordenada en los últimos treinta años, lo cual ha hecho que el número de
bibliotecas sea incipiente en comparación con el crecimiento demográfico de la ciudad. Esta es una cuestión que preocupa hoy en día, tal
como se expone en el documento Lineamientos para el Plan Estratégico
2014-2018 (documento elaborado para BibloRed por la Universidad
Pedagógica Nacional, 2014) en el cual se indica que la Red debe crear
infraestructuras propias, tipo biblioteca de barrio, por lo menos una
para cada unidad de planeamiento zonal (U PZ ) del Distrito Capital.
Además, debe garantizar un número de libros para el acceso proporcional al número actual de habitantes de la ciudad, cuestión que las
instituciones y la ciudadanía deben estudiar y debatir.
Si bien dentro de los planes de lectura y escritura creados a partir de la
ley de lectura, escritura y bibliotecas para el distrito se propone «garantizar los derechos culturales y educativos de todos los ciudadanos,
y querer contribuir a la formación de una sociedad en la que todas las
personas tengan las mismas posibilidades de acceder al conocimiento,
la creación, la participación y el diálogo» (Alcaldía Mayor de Bogotá,
2016, p. 7), estos alcances no se han logrado materializar, debido a que
no se ha concretado ni construido un plan lector de carácter distrital,
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�El papel político de la biblioteca pública en la formación de ciudadanos críticos
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
que conduzca a la configuración de una ciudadanía dispuesta a centrar sus esfuerzos de formación y educación en la lectura crítica.
Lectura crítica y biblioteca pública
Recordemos algunos datos de la Encuesta Nacional de Lectura de 2017
para comprender un poco más por qué es importante formar ciudadanía en lectura crítica. La encuesta mostró que en promedio los colombianos leemos 2,7 libros al año. Colombia contaba para entonces
con una red de 1481 bibliotecas públicas a lo largo y ancho de su geografía y el 27 % de los encuestados manifestó asistir a ellas durante
ese año; además, el 93 % del total de los encuestados tenía una imagen favorable de las bibliotecas, las cuales consideraba espacios propicios para el aprendizaje y desarrollo de la creatividad (Dane, 2017).
Si bien es cierto que la encuesta se centró en los hábitos lectores de
los colombianos, también permitió hacer evidente —con preocupación— en qué áreas; aunque se lograba leer un poco más, no se hacía
de forma crítica, conforme lo analizó Julián de Zubiría en un artículo para la revista Semana:
[…] el 22 % de las personas, al mismo tiempo que leen,
están viendo televisión, lo que no permite extraer las ideas,
organizarlas, reflexionar o profundizar en ellas. El 8 % de
ellos, lo hace comiendo, lo que dificulta la concentración, y el
13 % de ellos lo hace al mismo tiempo que chatea y navega en
Internet, lo que hace casi imposible pensar en torno a las ideas
más generales de la lectura que tiene enfrente. (2018)
Sin duda, lo preocupante de lo que señala De Zubiría, tiene que ver con
la cualificación de la lectura y cómo el conjunto de los colombianos
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�El papel político de la biblioteca pública en la formación de ciudadanos críticos
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
no vemos en la lectura y la escritura herramientas que nos permitirán formarnos como ciudadanos activos y críticos.
Centrémonos ahora en la discusión relacionada con la complejidad de
formar un lector crítico, pues no se trata solo de vincularlo en la decodificación de grafías y códigos de un lenguaje para que desde allí
valide su ciudadanía. Formar un lector crítico implica que este asuma
la lectura como un medio que le permite dialogar con el otro, con
los otros; interpretar la microestructura textual; adentrarse en la intertextualidad, y también comprender las estrategias discursivas para
que pueda emplearlas para persuadir, argumentar y hacer oír sus ideas.
Fabio Jurado (2013) nos indica que «el lector crítico dialoga con el texto
porque al interpretar actualiza el repertorio cognitivo y experiencial
(la enciclopedia del lector, que llamara Eco) y entreteje las relaciones
diversas que convergen en puntos de vista, en posicionamiento frente al texto y frente al mundo» (2013, p. 72).
Es decir, la lectura crítica debe instaurar las bases de concreción de
una nueva ciudadanía capaz de transformar su entorno y buscar la
equidad social, política, económica, cultural, de género y educativa,
para que la democracia se materialice en un sueño común.
En suma, queremos subrayar que, aunque la biblioteca hoy tenga mayor reconocimiento y presencia dentro de los planes de desarrollo en
el orden nacional, departamental y municipal, la política en la que se
inscribe fortalece principios como la individualidad, la competencia
y la desidia por la reflexión, características propias de la cultura dominante en el país. Por ende, la construcción de un ciudadano crítico en la biblioteca pública es un tema que ha carecido de interés por
parte de todos los actores que intervenimos en ella; procurando hacer de la biblioteca una institución que fomenta la pasividad y hasta
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�El papel político de la biblioteca pública en la formación de ciudadanos críticos
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
—quizá— el analfabetismo político, convirtiendo sus programas y servicios en ofertas de uso del tiempo libre y espacios de diversión dejando el análisis y la reflexión en un último plano.
La biblioteca pública actual replica el modelo cuyo interés no recoge la identidad ni el proyecto de un ciudadano crítico, reflexivo, que
propende por construirse a sí mismo como actor consciente y activo en la transformación colectiva del sujeto social. Esto nos lleva de
nuevo a que un ciudadano democrático tiene el deber y la obligación
de formarse como sujeto colectivo con el propósito de participar activamente en la concreción de los derechos y deberes que el proyecto
de democracia trae consigo. Se comprende así que la biblioteca pública, siendo una institución social inmersa en un proyecto democrático, debe propiciar espacios de encuentro y de debate en procura de
formar ciudadanías críticas y reflexivas.
Por otro lado, un lector crítico requiere desarrollar sus competencias
informacionales, ya que, para ser un lector de mundo, que indague y
cuestione, necesariamente debe navegar en un mar de información
que le permita robustecer sus prácticas de lectura y análisis. El acceso a la información comprende el uso de todos los medios y soportes
en los cuales se encuentra disponible, y un lector crítico debe poder
buscar y elegir la información para su concreción como sujeto social;
es decir, empleando esta en su vida cotidiana, no solo en el ámbito
académico para su desarrollo intelectual y profesional; debe, asimismo, servirle en la resolución de proyectos, problemas y subsanar las
necesidades que le exige su entorno en su diario vivir y en su práctica social. La información y su libre acceso son un recurso fundamental para el desarrollo de los sujetos, y una premisa de obligatorio
cumplimiento para el ejercicio de la democracia. En consecuencia, la
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�El papel político de la biblioteca pública en la formación de ciudadanos críticos
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
biblioteca pública, en su papel de institución social, no es el gendarme
ni custodio de la información; por el contario, facilita su acceso, promueve y hace las gestiones pertinentes para que la información sea un
vehículo que conduzca a construir y difundir nuevos conocimientos.
El deber ser de la biblioteca pública
Como lo señala Didier Álvarez (2013), la biblioteca tiene cuatro funciones sociales —culturales o simbólicas, educativas o de formación,
políticas o de ciudadanización y económicas o de productividad— que
cobijan su quehacer como institución social y que involucran su integración sistemática, y que se materializan en las relaciones, sentidos,
responsabilidades y tareas culturales que desempeña la biblioteca. El
desafío propuesto por Álvarez implica que la biblioteca pública actual
amplíe su dimensión social e institucional y, desde allí, se vincule de
manera activa y militante a los retos exigidos por el ciudadano contemporáneo; es decir, una biblioteca pública que tenga como fin reconstruir en democracia una ciudadanía informada, fortalecer criterios
para la lectura crítica en sus proyectos de alfabetización e inclusión, y
de lectura, escritura y oralidad. Además, debe fincar su proyecto bibliotecario en la pedagogía, generando currículos para sus programas
de formación y servicios.
Hecha esta observación, se precisa entender el actual momento histórico por el que atraviesa el país, puesto que es un hito en la historia de
Colombia y un avance para el conjunto de la humanidad. Los acuerdos
de paz entre las Farc-EP (antes Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia-Ejército del Pueblo, hoy Fuerza Alternativa Revolucionaria
del Común) y el Gobierno colombiano, firmado en 2016, nos presentan un nuevo mapa político, pero sobre todo un nuevo pacto social,
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�El papel político de la biblioteca pública en la formación de ciudadanos críticos
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
un pacto que dice no al continuismo de la desigualdad social, política, económica y cultural; un pacto que reivindica la soberanía alimentaria como principal renglón en una economía en transformación; un
pacto con enfoque de género que busca resarcir el papel histórico y protagónico de la mujer en el desarrollo de la historia colombiana; un pacto
que pretende poner el medio ambiente en el centro de las relaciones del
nuevo ser; un pacto que se esfuerza por formar y reconocer una nueva
ciudadanía en paz.
Ante la exigencia del momento y los acontecimientos, la biblioteca pública demanda sumergirse en este proyecto de transformación colectiva. Y, desde allí, servir de espacio de encuentro para aglutinar todo
empeño por construir un país posible para todos, y quizá desde ahí
surja su más profunda transformación. Por tanto, esta nueva hoja de
ruta requiere formar un nuevo tipo de ciudadano, un ciudadano informado, capaz de analizar, dirimir, indagar, preguntar, pensar y, sobre todo, escuchar al otro para así formarse como sujeto crítico y reflexivo, que hace uso de la información, defiende sus derechos y aboga
por la democracia.
La biblioteca debe ser capaz de reinventar su pedagogía formativa y
brindar currículos que vigoricen la vida social y colectiva, cuestionando
su quehacer en la concreción de sus servicios, programas, colecciones,
infraestructura y en su papel como institución social. La biblioteca requiere dejar de ser aquel lugar romántico donde la erudición y
el silencio se conjugan para ser el escenario selecto de unos cuantos;
por el contrario, debe ser el centro en el cual converge la ecología de
saberes y en donde la voz de cada uno tiene un espacio y resuena sin
que se acalle.
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�El papel político de la biblioteca pública en la formación de ciudadanos críticos
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Referencias bibliográficas
Alcaldía Mayor de Bogotá (2016). Plan
Distrital de Lectura y Escritura
«Leer es volar».
Álvarez, D. (2005) Ciudadanía y lectura:
Retos y perspectivas para la biblioteca
pública en América Latina. Escuela
Interamericana de Bibliotecología Universidad de Antioquia.
De Zuburía, J. (4 de abril de 2018).
La encuesta nacional de lectura y las
elecciones presidenciales. Semana.
t.ly/kWxu
IFLA-Unesco (1994). Manifiesto de la IFLA/
Unesco sobre la biblioteca pública 1994.
t.ly/Sw2H
Jurado, F. (2013) La evaluación de la
Álvarez, D. (2013). Una revisión de las
escritura para la evaluación de la lectura.
funciones sociales de la biblioteca pública. En C. Acosta, E. Rodríguez, R. Flórez y
En B. Revesz, D. Álvarez, J. Pateman, J.
F. Jurado, ¿Lectores o leedores? Universidad
Mejía, L. Milanesi y M. Petit, El libro
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Universidad Pedagógica Nacional (2014).
Dane (2017). Encuesta Nacional de
Lineamientos para el Plan Estratégico 2014Lectura (Enle). t.ly/q4Pa
2018: Contrato interadministrativo 089 de
2013 para BibloRed. BibloRed.
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�La biblioteca
pública ideal,
cómoda e
innovadora en
la actualidad
Milena Adriana Valencia Torres
Coordinadora de la Biblioteca Pública Puente Aranda
Resumen
Por la importancia que tienen las bibliotecas en una
comunidad es clave que sean lugares cómodos, pues
en la actualidad las personas buscan espacios agradables
e innovadores, donde puedan pasar un momento
ameno o hacer una consulta; sin embargo, no todas las
bibliotecas cuentan con espacios para poder sentarse a
leer cómodamente o realizar trabajos e investigaciones.
Versión del documento n.o 6
�Preámbulo
Las bibliotecas públicas son espacios importantes para que la comunidad cree vínculos sociales, pues son un factor primordial en el encuentro con los otros en torno a los libros y la lectura.
En este sentido, los usuarios de la biblioteca requieren un lugar espacioso
y tranquilo para pasar su tiempo libre y disfrutar de las diferentes actividades que se realizan allí. A pesar de esto, no todas las bibliotecas tienen las mismas condiciones para prestar los servicios a la comunidad, y
en muchas de ellas no se cuenta con espacios idóneos para recibir a los
usuarios o hacer que se sientan cómodos. Se requiere que las personas
que visitan las bibliotecas se apropien de estas, que descubran el valor que
tienen para la comunidad en la cual se encuentran localizadas, para que
así logren posicionarse como sitios esenciales en sus propios entornos.
Se tiene la noción de que las bibliotecas públicas son espacios fríos,
llenos de estantes con libros polvorientos, donde una señora enojada
a todo momento insiste a los visitantes que no hagan ruido, pues todo
debe estar en un silencio sepulcral. Esta es una idea falsa, ya que en la
actualidad se pueden encontrar bibliotecas con espacios innovadores
que acercan a los usuarios a las nuevas tecnologías. Según la directora del grupo ConIngenio, la innovación en las bibliotecas...
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�La biblioteca pública ideal, cómoda e innovadora en la actualidad
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Es un proceso sistemático que empieza por examinar y mejorar
la capacidad de cada biblioteca para identificar y explotar la
información en favor del servicio […], cuyo recurso principal
es la gente. La verdadera innovación posibilita gestionar,
almacenar, reutilizar y generar conocimiento con un propósito
claro y propio para cada biblioteca y debe tener tanta o más
relevancia que los procesos o servicios. Innovar en bibliotecas
significa transformar las ideas de los equipos en nuevos usuarios
y en usuarios recurrentes. (Rubio, 2020, p. 14)
Un breve recorrido por las bibliotecas
Para conocer un poco más sobre las bibliotecas es necesario que hablemos sobre la declaración realizada en 1994 por la Federación
Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (I FLA ,
por sus siglas en inglés) y la Unesco, conocida como el Manifiesto de la
IFL A /Unesco sobre la biblioteca pública. En este documento la biblioteca
pública es percibida como «una fuerza viva para la educación, la cultura y la información y como un agente esencial para el fomento de la
paz y del bienestar espiritual a través del pensamiento de hombres y
mujeres» (Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios
y Bibliotecas, 1994). En el manifiesto, además, se indica que el propósito de la biblioteca pública inscrita en una comunidad es ofrecer servicios y programas que faciliten el acceso a la información y fortalezcan
los procesos de formación.
Con respecto a la cobertura en nuestro país, se pueden encontrar 1544
bibliotecas adscritas a la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, según
el dato registrado en la Biblioteca Nacional de Colombia. De acuerdo con el artículo del periódico El Tiempo «Colombia construye casi
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�La biblioteca pública ideal, cómoda e innovadora en la actualidad
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
cuatro bibliotecas públicas por mes» (Oquendo, 2014), en el año 2014
nuestro país tenía 1404 bibliotecas públicas, cifra que ha ido creciendo
en los últimos años. En el caso de Bogotá, esta cuenta con los espacios
bibliotecarios de BibloRed, conformados por las bibliotecas mayores,
las bibliotecas locales, barriales y los espacios de lectura en los parques
y en las estaciones de Transmilenio. Gracias a estos espacios, el acceso
a la lectura es libre para todas las personas que desean utilizarlos.
Con relación a los espacios en las bibliotecas de BibloRed, se puede decir que en algunas hay escenarios amplios donde los usuarios pueden
acceder libremente, estar cómodos y contar con una buena iluminación. Sin embargo, no todas tienen las mismas condiciones. Adicional
a esto, es importante resaltar que las bibliotecas públicas que se encuentran en los barrios requieren de las mismas condiciones, ya que
desempeñan un papel fundamental en la sociedad. Estas deberían contar con espacios más acordes con la cantidad de personas que las visitan diariamente. Nuestros usuarios esperan encontrar espacios más
amplios y cómodos para poder leer; además, todas las zonas deberían
ser de fácil acceso y tener servicios que suplan las necesidades de información de las personas que las visitan.
Se puede decir que muchas personas piensan que las bibliotecas están
pasadas de moda, que todo lo que necesitan lo pueden encontrar en
Internet, pero a pesar de hallar información en medios digitales, nada
puede reemplazar el placer de visitar una biblioteca y poder hablar con
una persona sobre las noticias del día, sobre el último libro de nuestro
escritor preferido, o simplemente ir a hojear un libro o una revista o,
por qué no, charlar con el funcionario que presta los libros. Esto se
hizo evidente con el estudio realizado por el Consejo de Cooperación
Bibliotecaria de Navarra, España (ComunidadBaratz, 2016), sobre el
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�La biblioteca pública ideal, cómoda e innovadora en la actualidad
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
valor de las bibliotecas públicas, universitarias y especializadas, en el
cual se describe que lo más valorado por los usuarios es la atención y
profesionalidad del personal que trabaja en estos espacios. El estudio
también señala que las bibliotecas se destacan por el aporte a la educación de los niños y jóvenes, por el fomento de la lectura por placer,
la realización de actividades de entretenimiento y por permitir el acceso a Internet para todas las personas que lo requieren.
Para que una persona se sienta a gusto en una biblioteca se requiere un
área amplia donde pueda disfrutar de la lectura y participar de los talleres que se ofrecen en espacios de acuerdo con la cantidad de asistentes. Un ejemplo es Oodi, la Biblioteca Central de Helsinki, que tiene
cómodas alfombras para sentarse y zonas con árboles en macetas gigantescas. También cuenta con tecnologías para la comunidad que no
tiene la posibilidad de adquirirlas. Allí se puede hacer uso de escáneres, impresoras 3D, cortadoras láser, máquinas de coser y herramientas
para soldar; con lo cual se busca facilitar las actividades que la comunidad realiza en su cotidianidad y convertirse en espacios más inclusivos, en términos tecnológicos. Actualmente se cuenta con un espacio
en la Biblioteca Pública Gabriel García Márquez, donde se fomenta la
innovación, la creación y la investigación, se trata de la sala Labco, en
la cual se pueden desarrollar diferentes actividades de experimentación
y creación por medio del trabajo colectivo. Las actividades realizadas
en esta sala tienen acompañamiento durante su ejecución.
Regresando al recorrido por los diferentes espacios de las bibliotecas en nuestro país, encontramos la Biblioteca Pública Municipal de
Sabaneta, Antioquia, donde los usuarios pueden sentarse en bancas inteligentes que emplean energía solar y que están habilitadas para que
los visitantes escuchen música y accedan a conexión wifi; en la noche
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�La biblioteca pública ideal, cómoda e innovadora en la actualidad
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
las bancas se iluminan de manera autónoma. Esta biblioteca cuenta,
además, con mesas con tecnologías de la información y la comunicación (tic) para niños, tótems digitales (en los cuales los visitantes pueden consultar la ubicación de los espacios dentro de la biblioteca y las
actividades que se realizan), proyectores móviles de bolsillo, muros
de video, tabletas, monitores inteligentes, aulas con tableros digitales
y zona de coworking. Con estas herramientas, la biblioteca busca fomentar la innovación y creatividad de la comunidad.
Ahora bien, nos hemos preguntado en algún momento: ¿cómo deben
ser los espacios de una biblioteca pública para los usuarios? ¿Será que
solo la opinión de las personas que trabajamos en las bibliotecas es
necesaria para implementar servicios innovadores? En respuesta a la
segunda pregunta, también es importante invitar a nuestros usuarios
para que nos cuenten cómo esperan ellos que sea la biblioteca pública
cómoda e innovadora que desean encontrar.
Las distancias sociales
Existen bibliotecas que ofrecen espacios cómodos y amplios para que
las personas que las visitan puedan usarlos de la mejor manera posible
sin afectar la actividad de otros usuarios. Con el fin de determinar las
necesidades personales de nuestros usuarios podemos tener en cuenta el estudio realizado por Edward Hall (2003), en el cual analiza el
espacio que cada individuo necesita para sentirse a gusto en un lugar.
De acuerdo con las observaciones y análisis, Hall llegó a la conclusión
de que la distancia social entre las personas se correlaciona con la distancia física que guardan. Hall menciona cuatro tipos de distancias
sociales o de espacios personales:
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�La biblioteca pública ideal, cómoda e innovadora en la actualidad
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
*Íntimo: el de mayor familiaridad y confianza, tiene como límite entre 15 y 45 cm.
*Personal: este tipo de distancia puede presentarse en reuniones de
trabajo, conversaciones entre compañeros, charlas o fiestas. Entre
los 46 y los 120 cm.
*Social: la distancia es mayor a la anterior, de hasta 3,6 m y es la que
por lo general se guarda con extraños.
*Público: se puede extender más allá de los 3,6 m y no tiene límite. Es
la ideal para dirigirse a un grupo de personas, como en conferencias,
coloquios, clases, presentaciones de trabajo y charlas.
De acuerdo con este estudio, se puede manejar el espacio personal en
algunas actividades que se realizan en las bibliotecas por la cercanía
entre los participantes, como en el caso de los talleres que se hacen cotidianamente. Del mismo modo, es importante que en nuestras bibliotecas se respeten los espacios que cada usuario que visita y participa de
las actividades requiere para satisfacer sus necesidades personales y de
información.
Para que las bibliotecas públicas desempeñen un papel significativo en
la sociedad es indispensable conocer qué desean encontrar nuestros
usuarios en ellas. Así, se logrará que las comunidades sientan que las
bibliotecas públicas son escenarios que aportan al conocimiento y que
ayudan a la formación de la sociedad, al ser lugares donde se promueve la cultura y la investigación, por medio de diferentes herramientas,
servicios y programas.
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�La biblioteca pública ideal, cómoda e innovadora en la actualidad
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Se puede decir que las bibliotecas públicas son espacios de tejido social,
donde se fomenta el gusto por la lectura y el arte, entre otros. Por esto
se debe tener en cuenta la opinión de la comunidad para construir y
actualizar los servicios de la biblioteca, buscando que los usuarios se
apropien de ella y que con el apoyo de la comunidad se haga visible la
importancia de la biblioteca.
Para terminar, las bibliotecas públicas tienen un rol esencial en la formación ciudadana, por tal motivo se deben tener en cuenta las necesidades de las comunidades en las que se encuentran ubicadas, para poder ofrecer lugares en los que se sientan a gusto y puedan interactuar
de manera cómoda y segura de acuerdo con sus necesidades.
Referencias bibliográficas
ComunidadBaratz (7 de junio de 2016).
Usos, motivos y beneficios de las
bibliotecas para la sociedad. Noticias y
actualidad del sector de la información.
t.ly/NfaW
Hall, E. (2003). La dimensión oculta.
Siglo XXI Editores.
Oquendo, C. (7 de diciembre de 2014).
Colombia construye casi cuatro
bibliotecas públicas por mes. El Tiempo.
t.ly/RiWz
IFLA -Unesco (1994). Manifiesto de la IFLA /
unesco sobre la biblioteca pública 1994.
Rubio, E. (2020) Innovación en bibliotecas:
t.ly/Sw2H
¿Qué significa? t.ly/FciA
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�Encuentro
con el autor:
escenario cultural
con impacto en
la ciudad
Javier Cruz Poveda
Coordinador de la Biblioteca Pública Usaquén-Servitá
Resumen
Las bibliotecas públicas están llamadas a generar
encuentros entre los autores y los usuarios, con el fin de
generar escenarios de diálogo, debate y construcción de
conocimiento. En este texto se hablará, además de su
importancia, de cómo estos encuentros deben formar parte
de los planes de las bibliotecas y no estar supeditados a
contingencias temporales.
Versión del documento n.o 5
�Los defectos son contagiosos,
las cualidades no.
CAMILO DURÁN CASAS
Preámbulo
Nos referiremos brevemente a un hecho que nos produce frustración:
el encuentro con el autor desapareció. Es una desilusión que lo que
hoy se conoce como conversatorio se esté perdiendo, a pesar de constituir un espacio agradable y un escenario de participación y de debate intelectual y ciudadano. Por eso consideramos que es el momento
de pensar en una dinámica de ciudad cultural y buscar el modo para
que los autores más importantes interactúen de manera constante con
la biblioteca pública, y así los usuarios sepan que no existen límites a
la hora de compartir el conocimiento.
El encuentro con el autor es, hoy por hoy, el mejor escenario para pensar, reflexionar y meditar en torno a un conjunto de ideas que son el
activo más importante de la biblioteca: el libro. El libro es un motor
de conocimiento desconocido por unos, lejano para otros, ignorado
por algunos más, pero añorado por quienes amamos la cultura.
La biblioteca pública
Uno de los propósitos de la biblioteca pública, como apéndice de la
cultura, es generar un cordón umbilical entre al autor y el usuario:
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�Encuentro con el autor: escenario cultural con impacto en la ciudad
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
disentir, controvertir o estar de acuerdo con las posiciones expresadas
en su escrito forman parte de un debate participativo.
El encuentro entre usuarios y escritores debe ser considerado dentro de un plan operativo y de formación de obligatorio cumplimiento. Esto es algo que no se puede dejar a la voluntad o disposición de
la dirección de turno, que puede considerar que los encuentros con el
autor son importantes o no para la biblioteca pública; por ende, deben
gestionarse como parte de un plan operativo. Asimismo, la voluntad
o disposición de la dirección de turno, y la iniciativa y la capacidad
de propuesta del bibliotecario deben ser pilares fundamentales en la
conformación de este vínculo cultural.
Por otro lado, es muy importante la misión de la biblioteca pública de
acercar el conocimiento a las comunidades más vulnerables, y en este
contexto es clave que desarrolle este tipo de escenarios participativos.
El encuentro con el autor es un aporte de ciudad que ayuda a disminuir la desigualdad cultural al vincular al escritor y al lector.
Acceso a la lectura
Las cifras son escalofriantes: según un estudio publicado por el periódico El Tiempo, los bogotanos se acercan a los libros y sus autores de
diferentes formas: prestados, regalados, comprados en librerías o en
ventas ambulantes (Cuánto leen los colombianos, s. f., t.ly/oqP4). En
el escenario no aparecen las bibliotecas públicas, a pesar de que están
en capacidad de identificar las necesidades informativas de las comunidades en las que se inscriben, y entre las cuales está la generación
de espacios participativos y de encuentros con autores.
En cierto sentido, en la actualidad, solo los espacios como la Feria del
Libro, que cuenta con los recursos económicos y de infraestructura,
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�Encuentro con el autor: escenario cultural con impacto en la ciudad
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
y otras entidades particulares, como las universidades privadas de la
ciudad, logran que sus comunidades participen de citas con la cultura. Dicho de un modo un tanto fuerte, estos espacios se convierten en
escenarios excluyentes, dado que requieren que los usuarios incurran
en algunos gastos económicos, ya sea por el desplazamiento o por el
costo del ingreso, los cuales las comunidades vulnerables no pueden
sortear, a pesar de que merecen un espacio cultural de ciudad.
Espacios de ciudad
Conviene decir que la asistencia a la Feria del Libro en el año 2019
sobrepasó las seiscientas mil personas, 15 % más con respecto al
año anterior. Si echamos un vistazo a las 1850 actividades realizadas
durante los trece días del evento, se presentaron ciento setenta libros con importantes aforos, que dejaron visitantes por fuera, quienes tenían el anhelo de conocer a sus autores preferidos, ya fuera de
novela, poesía, ensayo u otros géneros. Esto quiere decir que si se
incluyeran visitas de autores en BibloRed, se lograrían dinamizar espacios de oro como las salas múltiples y los auditorios de las cuatro
megabibliotecas de la ciudad —Julio Mario Santo Domingo, Virgilio
Barco, Manuel Zapata Olivella-El Tintal y Gabriel García MárquezEl Tunal—. Si las bibliotecas públicas capitalizaran el 50 % de esos
lanzamientos tendrían en sus registros de asistencia no menos de
cuatrocientos invitados.
Bogotá necesita una política cultural que tenga en cuenta este propósito, el cual constituye una oportunidad sin precedentes, y que es viable
si se tiene en cuenta que las entidades del distrito, administradas con
recursos públicos, trabajan con dineros de la ciudad, y tienen el capital necesario para crear espacios de encuentro con impacto cultural.
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�Encuentro con el autor: escenario cultural con impacto en la ciudad
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Por todo lo anterior, la escasa participación de la biblioteca pública en los
encuentros con autores, como parte del programa cultural de ciudad, es
motivo de preocupación. Así lo muestran las cifras presentadas por
BibloRed, en las cuales la Red escasamente bordea el 10 % en cuanto a los
encuentros con autores, en relación con eventos similares en toda la capital.
Oportunidad de Bogotá
Es importante observar el abanico de posibilidades que la industria editorial ofrece todos los meses con excelentes contenidos. Hemos visto
que la familia, sin importar la afinidad académica de cada uno de sus
miembros, disfruta los espacios con los escritores. En 2019 tuvimos
oportunidades de oro a partir de estas producciones editoriales, incluso de la publicación de best sellers —libros de autores que tuvieron
éxito en ventas, dada la calidad o el atractivo de sus escritos—, y que
las bibliotecas públicas dejamos escapar. La cultura escrita, además,
es una herramienta que incita a la investigación y que le permite a la
comunidad ampliar sus conocimientos.
En esta problemática son varios los agentes que participan y pueden dar alcance al propósito de llevar a cabo los encuentros con los
autores, entre ellos la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte
de Bogotá, que apoya la dirección de las bibliotecas, y la línea de
Programación y Formación, que puede hacer que esta iniciativa sea
una constante.
Por otro lado, se requiere mayor participación de las bibliotecas locales y de barrio, para que estas también puedan tener encuentros con
autores de primer nivel; pues a veces las favorecidas, por conveniencia
publicitaria o facilidad, son las bibliotecas de mayor renombre o que
tienen fácil acceso. En este punto la discusión se traslada a que somos
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�Encuentro con el autor: escenario cultural con impacto en la ciudad
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
una sola red y, por tanto, todas las bibliotecas y sus públicos merecen
la misma consideración.
Para lograr lo anterior, se requiere de un lineamiento especial, que
se construya de forma colectiva en los diferentes escalones de la red.
Los recursos, el objetivo y el impacto deben ser considerados dentro
del plan operativo, y contar con un derrotero claro y conciso que tenga como prioridad los encuentros dentro de la línea pertinente, los
cuales deben concebirse como un programa bandera y no como una
«costura» que dependa de la coyuntura.
Un análisis histórico con oportunidad de futuro
En cuanto a la relación autor-comunidad, año tras año la ciudad está
perdiendo una oportunidad inigualable de acercar a quienes producen
conocimiento con las comunidades. Las bibliotecas son espacios gratuitos al alcance de las personas que habitan cada localidad y que deberían
aprovecharse más. La cultura acerca a escenarios donde los conocimientos cierran la brecha de la inequidad. Las acciones en cuanto a la
construcción de los encuentros con autores, como un proyecto de ciudad, son una forma de acercamiento cultural desde la biblioteca pública.
Quisiéramos añadir que es el momento de demostrar que con un adecuado lineamiento y el liderazgo de las direcciones de las bibliotecas
quien gana es la ciudad. Conviene advertir, además, que la proyección
de este programa desde la perspectiva del progreso cultural disminuirá la brecha entre comunidades de escasos recursos y aquellas que
tienen facilidades para acceder a los circuitos culturales.
En últimas, los anteriores son algunos de los componentes para tener
en cuenta en la construcción de un proyecto cultural de ciudad. En
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�Encuentro con el autor: escenario cultural con impacto en la ciudad
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
este sentido es clave contar con la buena disposición de los agentes
implicados que conducirá a acciones concretas, como lo señaló el inmolado humorista Jaime Garzón, «si uno vive en este país tiene una
tarea fundamental que es transformarlo».
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�Las historias
de vida en el
quehacer
bibliotecario:
una estrategia de
información,
formación y creación
Juan Camilo Tobón Cossio
Seleccionador en Nivel central-Línea de Colecciones
Resumen
Las narraciones autobiográficas o historias de vida son una
herramienta importante para el análisis de información
desde la experiencia del sujeto. En ellas, la vida, como
es narrada, permite entrever cómo la biblioteca se torna
en experiencia para los usuarios, revelando elementos de
análisis para el quehacer bibliotecario en la transformación
de las existencias de las personas.
Versión del documento n.o 9
�La primera biblioteca que conocí en mi
vida fue mi madre. Ella fue quien antes
me desveló el secreto de las palabras, su
capacidad mágica de crear historias.
ANTONIO BASANTA,
Leer contra la nada
Las bibliotecas públicas son escenarios de encuentro con el conocimiento, con la tradición y la cultura. En ellas, las diferentes expresiones del lenguaje confluyen con el fin de ofrecer una oportunidad de
información, formación y creación para las personas que asisten a sus
espacios y programas. Esto demanda de los equipos bibliotecarios una
serie de conceptos e instrumentos que les permitan a los usuarios la
posibilidad de acceder, precisamente, a la información, formación y
creación. Estos tres elementos, aunque inmersos en climas comunitarios, solo son posibles en un ámbito personal; de ahí que el llamado del presente texto sea a volcar nuestra mirada bibliotecaria de lo
homogéneo a lo heterogéneo; es decir, al sujeto de «carne y hueso»,
desde su dinámica histórica y vital. Este es un llamado a poner entre
paréntesis las necesarias estadísticas para escuchar, en la voz del sujeto, esos impactos que la biblioteca ha generado en él desde la perspectiva de la información, la formación y la creación, así como en su
propia autonomía en tanto que sujeto libre.
Por lo tanto, acá propondremos un ejercicio inverso: de lo cuantitativo a lo cualitativo, de lo plural a lo singular; mediante la implementación de una herramienta que, más que procurar la recolección de
información, posibilita el diálogo con los usuarios: me refiero a las
historias de vida o autobiografías lectoras.
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�Las historias de vida en el quehacer bibliotecario
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Cabe, entonces, formular la siguiente pregunta: ¿cómo las historias de
vida contribuyen a las bibliotecas en su labor de información, formación y creación de lectores autónomos? Para abordar esta pregunta nos
detendremos en tres momentos: en primer lugar, una presentación de
la historia de vida como metodología de investigación en el campo de
la pedagogía y su aporte al universo bibliotecario; en un segundo momento, haremos un esbozo de las oportunidades que despierta el salto
a lo cualitativo, esto es, cómo las historias de vida posibilitan una lectura no homogénea del quehacer bibliotecario; por último, abordaremos cómo estas historias de vida son una apuesta de diálogo entre las
dinámicas bibliotecarias y el ser de los usuarios que acuden a ellas.
Las historias de vida como estrategia de diálogo
Jerome Bruner (1986), citado por Anabel Moriña (2017), propone que
es posible entender la vida de tres formas: «La vida como es vivida […].
La vida como se experimenta […]. La vida como es contada» (Moriña,
2017, p. 14). Estas tres formas de «habitar» la vida confluyen en la narración que cada persona puede realizar de sí mismo, en el momento
en que nos convertimos en objetos de un acto narrativo, de una creación de la palabra. A este ejercicio es al que denominamos historias
de vida. Así, la vida misma se convierte en un mecanismo que alienta
la reflexión (la selección de sucesos) y la creación (la narrativa), no de
los hechos sino de los sentidos que damos a dichos acontecimientos.
Las historias de vida —como método de investigación, diálogo y evaluación— permiten acercarnos al sentido existencial que los sujetos
les damos a los recuerdos de un proceso vivido, a lo que aquellos ecos
generan y a sus impactos en nuestras conciencias como seres históricos. Así, la «experiencia» resulta ser el elemento nuclear de análisis
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�Las historias de vida en el quehacer bibliotecario
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
de este método, sobre el cual Jorge Larrosa puntualiza: «La experiencia sería lo que nos pasa. No lo que pasa» (2003, p. 28). «Lo que nos
pasa» se refiere a la carga vital que les conferimos a los sucesos, a su
interpretación y construcción de significado; en contrapunto, «lo que
pasa» se refiere a los hechos objetivos que señala el calendario. Este
rescate de la «experiencia» abre las puertas para que podamos adentrarnos en los caminos de la formación perseguidos por diversos escenarios, entre ellos, las bibliotecas.
En la construcción de su historia de vida, el sujeto entreteje sus recuerdos, sus experiencias íntimas y sentidos en torno a lo que ha sido
su experiencia vital. Al hacerlo, la vida se narra en un orden de prioridades y perspectivas subjetivas, lo cual en un escenario formativo se
traduce en ecos de su significación. Este acto de narración, que puede darse como escritura, obliga a quien lo realiza a sumergirse en el
ejercicio complejo de las reglas del código escrito, a no dejar al azar
los sucesos y entrelazarlos, hacerlos tejido: texto; para formar una voz:
la voz de un sujeto en construcción, quien puede mostrarse desde la
autenticidad para evaluar los aciertos o desaciertos en su camino y los
agentes que lo han acompañado.
En consecuencia, si aplicamos a dicho ejercicio una perspectiva más
puntual, como la de construir la «autobiografía lectora y de relación
con la biblioteca», los elementos a seleccionar para la construcción de
la historia de vida pueden ser de mayor relevancia para entablar un
diálogo que le posibilite a la biblioteca evaluar los alcances de su actuar
en la apuesta por la formación de la autonomía del lector. Así, desde
el diálogo con la vida, las bibliotecas son algo más que espacios, son
«algo» no cuantificable que acaece al sujeto; es decir, una oportunidad de formación desde la perspectiva ya expuesta de Larrosa (2003).
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�Las historias de vida en el quehacer bibliotecario
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Con lo anterior, podremos notar una gran diferencia con algunas prácticas bibliotecarias que priorizan los datos estadísticos como indicadores de éxito de sus acciones; ante lo cual nos preguntamos: ¿es esto
garantía de sus prácticas formativas para la información y la creación?
Esta pregunta nos invita a dar un salto, como se verá a continuación.
Las historias de vida como posibilidad de un salto
cualitativo en el quehacer bibliotecario
Si solo hay una interpretación, entonces
ya no hay ninguna. La interpretación
es infinita porque cada interpretación es
finita. Y eso es la lectura, un juego de
(in)finitas interpretaciones.
JOAN - CARLES MÈLICH,
La lectura como plegaria
La perspectiva que abordamos anteriormente deja entrever un cuestionamiento a la idea de concebir las evidencias estadísticas como fuente unívoca de verdad o criterio de medición del éxito de la experiencia
bibliotecaria. Este cuestionamiento, desde la estrategia de las historias de vida, nos propone un salto cualitativo en nuestras lecturas de
lo «real», de lo que «acaece» en los espacios bibliotecarios, como expondremos a continuación.
Para comenzar, es necesario subrayar que el salto cualitativo para nada
consiste en desdeñar lo cuantitativo; a lo que nos motiva es a escuchar la voz del usuario, a comprehender su lógica y concebirlo como
agente crítico, libre y autónomo; como alguien que tiene una opinión
y opción frente a la parrilla de programación de la biblioteca, de las
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�Las historias de vida en el quehacer bibliotecario
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
colecciones y del «ser» mismo de las bibliotecas. Este ejercicio implica un procesamiento de información distinta a la habitual y plantea una serie de oportunidades para los ejercicios de planeación, las
colecciones y servicios bibliotecarios, lo que nos otorga la oportunidad de vislumbrar dinámicas de formación con variables que puedan
ser evaluadas desde varios puntos de vista, como por ejemplo, desde
la políticas del sistema bibliotecario, la filosofía que la respalda y los
requerimientos de quienes patrocinan la biblioteca.
Así pues, tomando como punto de partida los indicadores de evaluación y gestión de la biblioteca, dar este salto cualitativo implica abandonar algunas «zonas de confort», lo que puede resultar incómodo y
digno de toda censura. Miremos en detalle.
Si bien las bibliotecas tienen la finalidad pedagógica de formar lectores autónomos y críticos (Yepes, 2001), no siempre reconocen esta
autonomía; ya sea porque esto dificulta la dimensión didáctica de las
propuestas bibliotecarias a la hora de establecer consensos operativos
o filosóficos o porque se desconfía de otros discursos que no provienen de autoridades en materia bibliotecológica o institucional, desde
las entidades apadrinadoras de las bibliotecas hacia sus usuarios. En
la anterior contradicción los días de las bibliotecas transcurren y se
planean. En este contexto, el usuario es percibido únicamente como
quien requiere de nuestra ayuda como bibliotecarios para saciar su
sed de palabras, conocimientos, información o, peor aún, de mejorar
sus competencias. Así, el usuario de las bibliotecas se encuentra en
una condición de minusvalía, ante la cual la institucionalidad bibliotecaria actúa como una especie de redentora. La acogida de esta acción vivificadora de la cultura es registrada en un conteo estadístico,
cuyo éxito entre dichos usuarios («usuaritos», escuché en una visita
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La biblioteca pública: una mirada desde adentro
a una biblioteca) se hace evidente en cifras de asistencia: cuantas más
personas asistan a una actividad mayor es la popularidad y el impacto.
Las bibliotecas, desde esta lógica, caen en dinámicas homogenizadoras que pueden tener mucho de matices académicos y administrativos,
pero poco de cultura o de vida, de historias de vida. Ante esta realidad,
en un contexto paralelo al bibliotecario, el educativo, Emilia Ferreiro
advierte: «Si los ciudadanos eran iguales delante de la ley, la escuela
debía contribuir a generar esos ciudadanos homogenizando a los niños, independientemente de sus diferencias iniciales» (2012, p. 80).
Siguiendo esta argumentación, las entidades formativas se han esmerado en la generación de estándares, patrones o lineamientos, que si
bien posibilitan un ejercicio de entendimiento común, silencian las
voces en pro o en contra de los objetivos que persigue. Esta homogenización supone la necesidad de que haya competencia para que el sujeto logre visibilidad; y de esta competencia surge la violencia como
desarraigo de la vida, de la existencia del sujeto, en otras palabras, lo
convierte en another brick in the wall (otro ladrillo en el muro).
En este espiral de competencia, también les corresponde a las bibliotecas generar entre ellas una especie de carrera para definir cuáles son
la que más asistencia (número) de personas registran; pero ¿qué pasa
con la vida de esas personas?, ¿qué sucede en las biografías de esos sujetos?, ¿tendrán la oportunidad de vagar por unas colecciones amplias
o limitadas?, ¿en sus talleres encontrarán herramientas para resignificar su existencia? ¿Puede la biblioteca crear un vínculo afectivo que
marque la memoria? Y aun en este torrente de preguntas: ¿puede una
persona —en su singularidad— encontrar canales para tomar la voz y
proponer temáticas, autores y acciones que dinamicen las bibliotecas?
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La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Las anteriores preguntas invitan a darle un lugar a una visión cualitativa de nuestra labor como bibliotecarios, pero también a escudriñar en las historias de vida de nuestros usuarios (la vida como ellos la
narran), en lo que la biblioteca y los programas ofertados están aportando a su sentido de existencia, con herramientas que los conduzcan
a gozar de su libertad, a asumir la responsabilidad de su participación
y la construcción de la sociedad.
Hasta aquí podemos decir: números, sí; historias de vida, también.
Estructuras organizacionales sólidas, sí; espíritu en una vitalidad narrada, ensoñada y desafiante, también. Se trata del encuentro entre
lo dionisiaco y lo apolíneo, como señala la filosofía, o el abrazo poético entre la ybris1 y el logos que anunció Edgar Morin (1998). Esta es,
pues, una invitación a las bibliotecas a hacer un silencio contemplativo y escuchar la vida de aquellos usuarios que la acogen en sus propias historias.
Hacia el diálogo entre la biblioteca y sus usuarios
Frente a todo lo anterior, cuestionémonos como bibliotecarios: ¿qué
nos queda por hacer? ¿Cómo encontrar esta compaginación de perspectivas en la búsqueda de un lector autónomo y de una biblioteca
viva? La respuesta a estos interrogantes puede tener muchos matices;
pero sin importar cuál sea la visión que se quiera adoptar, es conveniente que tenga como punto de partida lo señalado por Yepes:
[…] la promoción de la lectura más que formar un lector
enciclopédico o un ciudadano amordazado a un sistema
arbitrario, debe buscar la promoción del ser humano,
entendiendo por este un ser solidario, comprensivo, generoso,
inteligente y valiente. Un ser con capacidad de discernir,
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La biblioteca pública: una mirada desde adentro
que comprenda y entienda con rigor las distintas culturas que lo
rodean. (2018, pp. 18-19)
Según la propuesta de Yepes el corazón de toda acción bibliotecaria
es la «promoción del ser humano» (2018, p. 19) y este ser humano es
entendido más como un sujeto ético que enciclopédico; se busca de
este modo una relación axiológica con el acto de leer, el cual, pasando por un estadio gnoseológico, procura un impacto en el plano vital.
La propuesta de formación en la autonomía, en este sentido, no es un
ejercicio de solipsismo, la autonomía es un ejercicio del encuentro.
Para esclarecer de mejor manera el concepto de autonomía, démosle una
mirada al pensamiento filosófico. Según el filósofo alemán Immanuel
Kant (2007), la autonomía es consecuencia de la Ilustración; es decir,
del uso recto de la razón, tanto en la esfera pública como privada, en
la vida del sujeto. Desde esta perspectiva, la autonomía se consolida al
apropiar la máxima latina aude sapere (piensa por ti mismo); quien logra
pensar por sí mismo abandona la minusvalía para pasar a una mayoría de edad, al uso pleno de sus facultades racionales, éticas, axiológicas y políticas. Hasta este punto seguimos a Kant; sin embargo, sus
planteamientos dan pie para pensar lo siguiente: si lo que se anhela
es llegar a este nivel de ejercicio racional y vital, es necesaria la creación de mecanismos que, más allá de la instrucción, posibiliten experiencias que construyan el criterio de las personas. Tomando estos
elementos de la filosofía, nos vemos enfrentados a un terreno especial
para la formación, para la información (ilustración) y la construcción
del sujeto, como aquel agente que toma una postura crítica frente a
sí mismo y frente a los demás; en palabras de Yepes, de «promoción
del ser humano», en el que las bibliotecas pueden desempeñar un papel más relevante.
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�Las historias de vida en el quehacer bibliotecario
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Por lo anterior, asumir la autonomía del lector es un desafío para nuestras visiones bibliotecarias sobre las relaciones que establecemos con
los usuarios (y compañeros bibliotecarios). Ellos, al ser vistos también
como lectores, escritores y ciudadanos, encierran una suma de saberes
que enriquecen el diálogo de nuestras colecciones, de nuestros talleres y de nuestras apuestas de formación.
Por lo tanto, cabe decir que, atender a las historias de vida en relación con la lectura y la biblioteca posibilitará a esta última escuchar
una voz auténtica que lleve a una evaluación de la calidad de su oferta,
redireccione su quehacer y permita el análisis crítico de los usuarios
de modo constructivo, señalando y proponiendo alternativas para la
información, la formación y la creación. Esta atención a las historias
de vida tiene como objetivo escuchar los ecos vitales de las dinámicas
bibliotecarias, alimentando tanto los sistemas de gestión bibliotecaria
como las historias de vida, las cuales se seguirán tejiendo en silencio
y en las que la biblioteca se juega sus cartas como entidad humanizadora dentro de la sociedad.
En conclusión, fomentar la formación de este lector autónomo se torna en principio y punto de llegada de la biblioteca pública, de la programación y el desarrollo de las colecciones como servicios. Se trata
de un lector autónomo que deja que la instancia bibliotecaria forme
parte de su vida y atienda sus requerimientos, como quien busca no
una resolución dogmática, sino más bien dialógica de sus hondas inquietudes y necesidades de información, formación y creación constante. Ante esta oportunidad de cuestionamiento y diálogo sincero,
los agentes bibliotecarios no podríamos permanecer impávidos, pues
estas son oportunidades de crecimiento para la vida de las personas
que acuden a nuestras bibliotecas y de nuestras instituciones bibliotecarias que procuramos enriquecer y fortalecer.
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�Nota al pie
Las historias de vida en el quehacer bibliotecario
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
1. Se le ha asignado a este término griego ὕβρις la grafía Hybris. Se
transcribe sin la «h» para seguir la versión usada en el texto de Morin.
Cabe mencionar que la Hybris en el mundo griego comprende la
desmesura o lo visceral en contraposición con el Logos, el cual
obedece al orden o lo racional.
Referencias bibliográficas
Basanta, A. (2019). Leer contra la nada.
Siruela.
Morin. E. (1998). Amor, poesía, sabiduría.
Editorial Magisterio.
Ferreiro, E. (2012). Pasado y presente de los
verbos leer y escribir. Fondo de Cultura
Económica.
Moriña, A. (2017). Investigar con historias de
vida. Narcea.
Kant, I. (2007). ¿Qué es la ilustración?
y otros escritos de ética, política y filosofía
de la historia. Alianza Editorial.
Larrosa, J. (2003). La experiencia de la
lectura. Fondo de Cultura Económica.
Yepes, L. (2001). La promoción de la lectura:
Conceptos, materiales y autores. Comfenalco
Antioquia.
Yepes, L. (2018). No soy un gánster, soy
un promotor de lectura. Panamericana
Editorial.
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�La biblioteca
pública como
escenario de
prácticas
interculturales
Cristina Silva Rodríguez
Coordinadora de la Biblioteca Pública La Peña
Resumen
El presente texto es una reflexión sobre la diferencia y la
diversidad reflejadas en las relaciones interculturales que se
presentan día a día en las bibliotecas públicas. Se hace una
revisión a los manifiestos de la Federación Internacional de
Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas y de la Unesco,
para pensar acerca de cómo se vienen desarrollando los
programas y servicios que garantizan la inclusión y la
participación de la ciudadanía.
Versión del documento n.o 5
�Se tiene derecho a la igualdad si la
diferencia nos reduce; se tiene derecho
a la diferencia si la igualdad nos resta
características.
BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS
Desde hace varios años se cuestiona el papel social de la biblioteca pública (BP). En diferentes análisis e investigaciones se ha debatido su
responsabilidad con la sociedad. Por otro lado, a partir de directrices
y manifiestos, se han dado orientaciones que han sido adaptadas por
los sistemas bibliotecarios a nivel mundial y que han ayudado a comprender las necesidades que van surgiendo en las bibliotecas a medida
que la sociedad se transforma. Sin embargo, para que las bp entiendan
su función deben situarse en un lugar desde donde se comprenda su
papel y compromiso; ese lugar no es otro que las comunidades en las
cuales se encuentran inmersas.
Las prácticas de la BP obedecen a su contexto, no están aisladas de las
dinámicas de la comunidad de la que forman parte; si no se reconocen e identifican con ella, no hay manera de que los programas y servicios apunten a los intereses y necesidades reales de los habitantes del
territorio. Cuando esto no sucede se desliga su quehacer de la participación de la colectividad en la agenda que ofertan, generando una
ruptura y desinterés al no abordar las problemáticas que le son propias
y que reflejan las realidades de los usuarios. Hay que transformar la
idea generalizada a partir de la cual la BP es vista como una institución financiada por el Estado que garantiza el acceso a la información
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�La biblioteca pública como escenario de prácticas interculturales
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
y la cultura, sin dar relevancia ni interesarse por lo que sucede en sus
espacios y por los encuentros que se generan en ella.
En este texto se busca un acercamiento a la comprensión de las relaciones interculturales y una revisión de las prácticas que se desarrollan en la
BP a partir de algunos manifiestos. Los servicios bibliotecarios se vienen
transformando en clave multicultural, lo que lleva a pensar en formas
distintas de comprender las necesidades de los sujetos. Es fundamental
aprender otras maneras de interactuar que contemplen la diversidad y la
diferencia. Además, hay que cuestionar los servicios ofertados y el modo
como se atienden las necesidades específicas de los grupos poblacionales.
La multiculturalidad se comprende acá como el reconocimiento de las
diferencias culturales que, en ocasiones, se da desde una perspectiva
folclorista, resaltando principalmente algunos aspectos de la cultura,
como la gastronomía, los bailes, la música y la cosmovisión. En ocasiones, también se entiende desde una perspectiva binaria, por ejemplo: blanco-negro, hombre-mujer, normal-anormal; perspectiva que
niega el diálogo intercultural. En este sentido, para Zizek y Jameson
(1998) la multiculturalidad es la «coexistencia híbrida de mundos diversos culturalmente» (citado en Guido, 2015, p. 38).
Por otra parte, no se niega el aporte transformador e incluyente de
las políticas de multiculturalismo que se han adelantado, sin embargo:
A pesar del reconocimiento a los logros del multiculturalismo,
este tiene muchos problemas que se centran en: la disyuntiva
entre la construcción de una sociedad multicultural y la lucha
contra la exclusión y la desigualdad. De poco sirve reconocer la
diferencia cultural, si no se trabaja sobre la desigualdad social,
económica y política. (Guido, 2015, p. 39)
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�La biblioteca pública como escenario de prácticas interculturales
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Desde esta perspectiva, se entiende la interculturalidad como un sistema de relaciones horizontales entre culturas que pueden expresarse
libremente sin que una subordine a la otra, con el propósito de buscar
la transformación social a partir de una interacción que reconozca a
los otros como sujetos con una identidad propia. Del mismo modo,
Guido (2015) indica que la interculturalidad «surge en América Latina
como parte del discurso político de organizaciones sociales que denuncian formas de subordinación a las que fueron sometidas, en virtud de la diferencia cultural» (p. 41).
Nuevas apuestas hacia la interculturalidad
Por medio de sus programas y servicios, las BP vienen desarrollando
procesos que se acercan a enfoques interculturales y así han comenzado
a hacerse cuestionamientos sobre los modos como se reconoce al otro
desde la comprensión del mundo de cada individuo. Asimismo, las BP
han mostrado interés y fijado su mirada en la diferencia cultural, evaluando su quehacer desde sus funciones, y frente a las relaciones y al
encuentro con el otro, con sus experiencias, su vida individual y colectiva. Al leer los diferentes manifiestos de la Federación Internacional
de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA , por sus siglas en
inglés) y de la Unesco se encuentran elementos que sustentan la necesidad de revisar la manera como se han venido diseñando esos programas y su relación en el campo de las prácticas interculturales.
Para iniciar, se realizó una revisión del primer Manifiesto de la Unesco
sobre la biblioteca pública, dado a conocer en 1949, en plena crisis de posguerra. En este se les asigna a las bibliotecas el papel de «fuerza viva
al servicio de la educación popular y del desarrollo, de la comprensión internacional y, en consecuencia, de la paz» (Unesco, 1949, p. 1).
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�La biblioteca pública como escenario de prácticas interculturales
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
También se reconocen como instituciones democráticas de enseñanza
que nacen de la democracia moderna y que, a su vez, deberán ser gratuitas y estar abiertas a todos los miembros de la comunidad, sin importar su oficio, religión, clase o raza. Se les da, además, un carácter
de gratuidad e incluyente, al permitir el acceso y uso de los servicios
sin ningún costo y sin discriminación. Así, este primer manifiesto
amplía la mirada al contemplar servicios para poblaciones con características y particularidades diferentes.
En el año 1972 se publicó un nuevo manifiesto en el cual la BP es presentada como una institución democrática para la enseñanza, la cultura y la información, y se indica que:
[…] para lograr completamente sus objetivos, la biblioteca
pública ha de ser de fácil acceso y sus puertas han de estar abiertas
para que las utilicen libremente y en igualdad de condiciones
todos los miembros de la comunidad, sin distinción de raza, color,
nacionalidad, edad, sexo, religión, lengua, situación social o nivel
de instrucción. (Unesco, 1972, p. 1)
Este manifiesto menciona categorías, con respecto a la inclusión, que
no se mencionaban en el anterior, y que tratan de permitir el acceso sin
distinción de sexo, lengua, nacionalidad, color, situación social y nivel
de instrucción. Se continúa con el discurso de igualdad de condiciones
y acceso para los ciudadanos, también se hace referencia a algunas poblaciones particulares, como los lectores con discapacidad y los adultos
mayores, a quienes se les «puede aliviar, de muchas formas, problemas
de soledad y deficiencias mentales y físicas de toda clase» (p. 2).
Como respuesta a las necesidades particulares para combatir la exclusión se comienzan a llevar los servicios a lugares donde la comunidad
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�La biblioteca pública como escenario de prácticas interculturales
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
más los necesita, como los hospitales y las cárceles. De igual manera,
se implementan dispositivos especiales de lectura para personas con
limitaciones. Pensar en necesidades particulares para algunas poblaciones implica una ruptura con la oferta de servicios homogéneos,
aunque hagan parte de una misma red. Podemos ver, por ejemplo,
que en territorios como en el que se encuentra inmersa la Biblioteca
Pública La Peña, hay toda una riqueza de relaciones multiculturales
que obedece al hecho de que los habitantes que fundaron los barrios,
en su mayoría, provenían de distintas regiones geográficas y que lo
hicieron por diferentes razones, como el desplazamiento forzado vivido en el país a causa del conflicto armado.
En el año 1994 se publicó la versión más reciente del Manifiesto de la
IFL A /Unesco sobre la biblioteca pública, con orientaciones más precisas para
el desarrollo de servicios enfocados en usuarios con diferentes necesidades. El documento indica que los servicios de la BP se prestan sobre
el principio de igualdad de acceso para todas las personas, sin tener en
cuenta su edad, raza, sexo, religión, nacionalidad, idioma o condición
social. Deben ofrecerse servicios y materiales especiales para aquellos
usuarios que por una u otra razón no pueden hacer uso de los servicios y materiales ordinarios, por ejemplo, minorías lingüísticas, personas con discapacidades o que se encuentran en hospitales o en prisión.
En el manifiesto aparece la categoría de interculturalidad, al enunciar
como una de sus misiones fomentar el diálogo intercultural, favorecer la diversidad cultural y prestar apoyo a la tradición oral, garantizando a los ciudadanos el acceso a todo tipo de información. Así, se
insta a la comunidad bibliotecaria a aplicar estos principios, que son
un punto de partida para muchas redes de bibliotecas; y, por supuesto, BibloRed acoge esta versión en su desarrollo bibliotecario.
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�La biblioteca pública como escenario de prácticas interculturales
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
En síntesis, los manifiestos reconocen la diferencia cultural y las construcciones plurales, contemplan la garantía de los derechos de la libre
expresión, de la diversidad y del diálogo cultural. Además, se reconoce el
carácter heterogéneo de las comunidades y sus necesidades de expresarse
libremente, para lo cual es urgente generar espacios de encuentro cultural con otros sentidos, y qué mejor lugar para ello que las bibliotecas.
La biblioteca pública intercultural
Los manifiestos tienen gran importancia y valor para el desarrollo bibliotecario. En este ejercicio reflexivo se le otorga un lugar privilegiado a lo local, reconociendo la diferencia y otras formas de relación y
desmontando discursos estigmatizadores y jerarquizados. Esto conduce a analizar la BP desde el campo social y político, con miras a desarrollar prácticas que reconozcan la diversidad como propuesta de
transformación crítica, y que no ignoren ni subvaloren la voz de los
otros. En 1991, la Constitución Política fue clave para impulsar perspectivas multiculturales, al reconocer en sus principios fundamentales
que el país es pluralista, contrario a la idea de unidad nacional homogénea y excluyente, que pretende aculturar desde una perspectiva eurocentrista, como si ese fuera el único modelo válido de cultura.
En este contexto, las BP comenzaron a generar diferentes iniciativas desde nuevos discursos. Se reconoce la necesidad de plantear una
perspectiva intercultural como estrategia para superar el conflicto y,
más que hacerlo mediante el diálogo y el encuentro, la BP se constituye en un espacio alternativo en donde se producen otras formas de
identidad y se acoge lo diferente. Las relaciones que en ella se dan deben propiciar una formación de subjetividades que construyan identidades con autonomía y conciencia crítica en relación con los otros.
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�La biblioteca pública como escenario de prácticas interculturales
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Una BP intercultural debe ocuparse de las relaciones entre seres humanos culturalmente diferentes. Debe considerarse un lugar donde
se entretejen múltiples sujetos sociales con diferentes perspectivas y
maneras de ver el mundo. Asimismo, tiene que encargarse de crear
espacios de interacción con relaciones que no sean jerarquizantes o
excluyentes, sino horizontales.
Por otro lado, es comprensible que en la BP se presenten dificultades
para acoger y entender las diferencias culturales, como sucede en la
escuela y en otras instituciones de carácter social. No es una tarea
sencilla que sus servicios se enfoquen en una comprensión más amplia y que resignifique símbolos culturales históricamente marcados.
Sin embargo, hay que comprenderla como un espacio híbrido de relaciones sociales y culturales que posibilitan la configuración de nuevos sujetos y de nuevas identidades, así como de nuevos procesos de
organización grupal y de relaciones interculturales.
No se pueden naturalizar y normalizar relaciones problemáticas, debemos deconstruir los discursos dominantes. En este sentido, los bibliotecarios estamos llamados a cuestionarnos sobre nuestra visión del
mundo y los prejuicios con que hemos sido marcados. Es necesario desmontar los patrones de normalidad que nos han instaurado y enseñado,
muchos de ellos excluyentes y discriminatorios, sin espacio al debate y
a la expresión de las diferencias. El mismo sentido del humor es cuestionable en el momento de debatir sobre el respeto a la diferencia.
Problematizar esos patrones de normalidad a partir de los cuales hemos sido formados por generaciones valoriza las relaciones sociales
que se dan en la BP y contribuye a abrir espacios para la expresión de
las diferencias, propiciando una relación con las personas que, ya sea
por condiciones físicas, cognitivas, sociales o de otra índole, han sido
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�La biblioteca pública como escenario de prácticas interculturales
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
consideradas erróneamente deficientes e inferiores. Un factor importante para lograrlo es cuestionar nuestras relaciones de poder y los
dispositivos por medio de los cuales estamos construyendo saberes e
interpelando al diálogo. Gracias a la planeación y ejecución de programas y servicios, se ha comprendido que una de las prioridades es
la formación de los bibliotecarios (entendidos como todos aquellos
que trabajan en una biblioteca), agenciando una actitud de reconocimiento y aceptación de la diferencia cultural que se replica y refleja
en las relaciones con los usuarios al momento de ofrecer los servicios,
así como en las instalaciones, los espacios y las colecciones.
Para concluir
Desarrollar prácticas interculturales en las bibliotecas implica entender la importancia de la articulación de las ciencias sociales en los diferentes procesos, así como ampliar nuestra comprensión de lo humano. El trabajo interdisciplinar permite implementar estrategias y
metodologías de la pedagogía, la sociología y la psicología, entre otras.
Esto convierte a la BP en un lugar más enriquecedor, con una ventaja a su favor que debe saber aprovechar; y es que, gracias a su función
social y a su carácter público sin restricción de acceso, en ella convergen la ciudadanía y sus instancias, permitiendo conectar lo institucional (como la escuela, fundaciones, alcaldías locales, secretarías, entre
otras) con la familia y la comunidad. Ser un lugar de encuentro ciudadano hace de la BP un espacio de diálogo y negociación, en el que
se da lugar a lo individual y a lo colectivo.
Debemos reconocer la heterogeneidad de los actores y la multiplicidad
de representaciones culturales que provienen de contextos con diferentes problemáticas sociales y que se movilizan en la BP, y a las que
esta les hace frente, convirtiéndose en dinamizadora social, cultural
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�La biblioteca pública como escenario de prácticas interculturales
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
y educativa. Existe una responsabilidad en la construcción de subjetividades que generen en los individuos una conciencia de sí y del otro.
Lo anterior no niega la existencia del conflicto, ni supone que todo es
armonioso, al contrario, al confrontar la diferencia y la diversidad se
ponen de manifiesto desencuentros que dejan en evidencia la necesidad de una deconstrucción transformadora y dinamizadora de nuevas prácticas.
Por último, la BP debe favorecer el encuentro ciudadano y fortalecer
las relaciones entre la comunidad, propiciar el respeto a la diferencia,
el intercambio de visiones, el desarrollo personal y la libertad de expresión y pensamiento. Asimismo, necesita transformarse en un escenario de reflexión crítica y de diálogo, fundamental para el desarrollo
de procesos comunitarios que generen cambios sociales relevantes.
Referencias bibliográficas
Guido, S. (2015). Interculturalidad y
educación en la ciudad de Bogotá: Prácticas
y contextos. Universidad Pedagógica
Nacional. t.ly/SCsO.
Unesco (1949). Manifiesto de la Unesco sobre
la biblioteca pública: 1949. t.ly/PgQc
Unesco (1972). Manifiesto de la Unesco sobre
la biblioteca pública: 1972. t.ly/ZulF
IFLA-Unesco (1994). Manifiesto de la
Unesco sobre la biblioteca pública: 1994.
t.ly/T1xm
Ministerio de Cultura (2011). Ley de
bibliotecas públicas: Una guía de fácil
comprensión. Ministerio de Cultura y
Biblioteca Nacional de Colombia.
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�La lectura:
¿hábito o
comportamiento?
Tania Isabel Trespalacios Restrepo
Coordinadora de la Biblioteca Pública Gabriel García Márquez
Resumen
El texto aborda el tema de la lectura desde la pregunta
de si esta debe promoverse en pro del hábito o del
comportamiento lector. A partir de allí se plantean varias
ideas en torno a distintos elementos, con el fin de, en primer
lugar, aportar a la discusión sobre lo que implica el hábito
y el comportamiento lector, y, en segundo lugar, proponer
acciones para lograr que el hábito lleve al comportamiento
lector.
Versión del documento n.o 5
�Preámbulo
La lectura se ha convertido en un tema importante dentro de las
agendas gubernamentales de los países iberoamericanos, los cuales han
instituido planes nacionales y regionales con el objeto de favorecer los
hábitos lectores en los ciudadanos. Sin embargo, tomando como base
algunos de los estudios realizados sobre los niveles de lectura, como
el del Plan Nacional de Lectura Campaña Nacional de Argentina, el
Plan Nacional del Libro y la Lectura de Brasil, el Plan Nacional de
Fomento de la Lectura «Lee Chile Lee», y el Plan Nacional de Lectura
y Bibliotecas de Colombia, entre otros, se percibe que estos han estado
orientados indistintamente hacia el hábito y el comportamiento lector,
pese a que los alcances de estos dos términos tienen diferencias significativas. El hábito estimulado puede llegar a generar el comportamiento lector, pero es necesario precisar que este último sobrepasa las
acciones mecánicas del hábito y tiene alcances de mayor proyección.
Este texto pretende hacer un paneo general de la diferenciación entre
los conceptos de hábito y comportamiento lector.
Según Marina, «los hábitos son esquemas mentales estables, aprendidos por repetición de actos, que facilitan y automatizan las operaciones
mentales cognitivas, afectivas, ejecutivas o motoras» (2012, p. 1). En
este sentido, se podría considerar que la repetición de una actividad,
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�La lectura: ¿hábito o comportamiento?
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
bien sea por la búsqueda de la supervivencia o por el quehacer cotidiano, nos permite establecer un marco de acción para el diario vivir.
De acuerdo con Vygotsky, esto pasa a ser un problema cuando el hecho de mecanizar nuestras acciones implica que estas no tienen mayor importancia para nuestra proyección ni para nuestra relación con
la sociedad. Es decir, acciones como desayunar, caminar, ver una telenovela, por ejemplo, en ocasiones no pasan de ser un asunto de rutina,
de poca trascendencia para nuestro ser, porque son tareas enmarcadas
dentro de la cotidianidad del hacer común.
Desde esta óptica, es claro que la lectura nos ofrece las bases necesarias tanto para nuestra proyección como para entablar una mejor relación con el medio que habitamos. Promover su acercamiento desde la
premisa de hábito, o desde acciones en ocasiones lúdicas y sin ningún
norte, lleva a que, posiblemente, se oriente su encuentro para asumir
actitudes repetitivas y sin ningún dejo de reflexión frente a las expectativas que se tengan respecto a la vida y el mundo.
Por su parte, el «comportamiento [es un] concepto que connota conducta reflexiva, elegida, interiorizada y consciente» (Espinosa, 1998,
p. 55). Desde un enfoque social, según Homans (1995), el comportamiento se rige por unos principios particulares, que aluden, por ejemplo, a aspectos relacionados con una actividad de la cual el sujeto obtiene una recompensa, por lo que existe una gran probabilidad de que
realice la misma actividad de nuevo u otra semejante.
Así que, si se consideran recompensas aquellos estímulos que desde el
entorno familiar, escolar y social llevan a asumir un comportamiento
determinado y, más aún, un comportamiento que contribuya al proyecto de vida, posiblemente suceda que la persona haga una introyección de este para proyectarse como ser en el hacer.
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�La lectura: ¿hábito o comportamiento?
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
En este orden de ideas, si se asumiera la lectura como la recompensa
por medio de la cual se estimula la comprensión de la historia, de las
dinámicas del entorno social y la vida misma, se estaría contribuyendo a que esta se convierta en un comportamiento dentro de las acciones cotidianas de una persona. A partir de ello el comportamiento
lector se traduciría en el resultado de un hábito estimulado, al inicio,
en el entorno familiar, y luego en la escuela y otras instituciones que
trabajen con el mismo objetivo.
Por lo anterior, la lectura no se debe promover desde metodologías similares para todos, sino desde la perspectiva del lector que requiere del
ofrecimiento de variadas opciones; partiendo del hecho de que promover
lectura no es promover solo la literatura, sino también otro tipo de textos
y formatos que le brinden al lector la posibilidad de disfrutar del mundo
de la ficción, y de igual manera, de reflexionar y de enfrentar la realidad.
Esto lo favorecería porque tendría los elementos de comprensión requeridos para realizar la lectura del mundo (Freire, 1984) y de su mundo.
En esta medida, para asumir un comportamiento lector, la persona debe
tener unas bases sólidas que la lleven a determinar el qué, el porqué
y el para qué lo asume. El hábito puede generar el comportamiento
lector, pero debe transcender de acuerdo con las condiciones familiares, sociales y económicas, entre otras. Si en la esfera estatal y en
las instituciones que promueven la lectura no se tiene en cuenta este
hecho, posiblemente todos los planes y programas que se han creado
o que se estén creando, con el objeto de contribuir al aumento de los
hábitos de lectura, estarán contribuyendo a que la lectura sea percibida por el lector como una acción repetitiva y quizá no la considere
ni dentro de sus gustos ni dentro de su marco de proyección.
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�La lectura: ¿hábito o comportamiento?
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Referencias bibliográficas
Espinosa, C. (1998). Psicología de la
lectura. Wolters Kluwe España.
Freire, P. (1984). La importancia de leer y el
proceso de liberación. Siglo XXI Editores.
Homans, P. (1995). Jung in Context:
Modernity and the Making of a Psychology.
University of Chicago Press.
Marina, J. (2012). Los hábitos, clave del
aprendizaje. Pediatría Integral XVI (2),
171-174.
Salazar, S. (2006). Claves para pensar la
formación del hábito lector. Instituto de
Pastoral Andina.
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�Acerca de los autores
FERNANDO VÁSQUEZ
RODRÍGUEZ
Correo electrónico:
fernandovasquez487@gmail.com
Blog:
www.fernandovasquezrodriguez.com
Profesional en Estudios Literarios y Magíster en Educación de la Universidad Javeriana. Doctor Honoris Causa en Educación
y Sociedad de la Universidad de la Salle.
Escritor, investigador y docente universitario. Asesor pedagógico de instituciones
públicas y privadas. Sus campos de interés han sido la didáctica de la lectura y
la escritura, la semiótica, los procesos de
composición escrita, los procesos de comunicación y la formación docente.Entre
sus libros se encuentran: Lectura, semiótica y educación (2003); Venir con cuentos
(2005); Ese vuelo de palabras. Antología poética (2011); Amanecer alado y otros cuentos
(2017); Oficio de maestro (2000); Rostros y
máscaras de la comunicación (2003); Educar con maestría (2007) y El quehacer docente (2013). Como crítico y didacta de la
literatura vale la pena mencionar sus obras:
Pregúntele al ensayista(2004); Crítica y di-
dáctica de la literatura (2006); Escritores en
su tinta y Consejos y técnicas de los escritores expertos (2008).
ÁNGELA LEONOR
GARCÍA GUTIÉRREZ
Correo electrónico:
dirección_bs@biblored.gov.co
Profesional en Estudios Literarios de la Universidad Nacional de Colombia; estudiante
de la especialización en Infancia, Cultura y
Desarrollo de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Se ha desempeñado
como bibliotecaria, coordinadora y tutora de
espacios bibliotecarios, y ha sido promotora de lectura, escritura y oralidad. Desde el
año 2009 ha estado vinculada a BibloRed,
y a la Red Nacional de Bibliotecas Públicas
de la Biblioteca Nacional y el Ministerio de
Cultura. Está interesada en promover la biblioteca pública como un espacio para desarrollar la curiosidad, la subjetividad y los
intereses del individuo, en pro del fortalecimiento ciudadano y de las comunidades.
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�Acerca de los autores
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
SERGIO CÁRDENAS DE ORO
Universidad Nacional de Colombia (2014) y
doctorando en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad Autónoma de Barcelona (2020). Ha sido docente
universitario en la Fundación Universitaria Uninpahu (2015-2019) y asesor pedagógico en los proyectos La Educación Media
Fortalecida, de la Universidad EAN (2018), y
La Educación en Territorios de Frontera, del
Instituto de Investigación en Educación de
la Universidad Nacional de Colombia (20092014). Desde hace quince años trabaja el
tema de la lectura e intenta escribir narrativa.
Correo electrónico:
direccion_jm@biblored.gov.co
Bibliotecólogo, magíster en Políticas Culturales y Gestión Cultural de la Universidad
Autónoma Metropolitana de México, con dieciocho años de experiencia en bibliotecas
públicas. Se ha desempeñado como promotor de lectura, referencista y analista de
información en diferentes entidades educativas y como coordinador en las bibliotecas
públicas El Parque, Manuel Zapata Olivella-El Tintal y Suba. También fue formador
en servicios bibliotecarios innovadores por
cuatro años en la Red Nacional de Bibliote- YULY PAULINA
cas Públicas del Ministerio de Cultura.
LEÓN MURCIA
Correo electrónico:
salainfantil_jm@biblored.gov.co
MAGDA MILENA LUGO
Licenciada en Pedagogía Infantil, tecnóloga
CÁRDENAS
en Formulación de Proyectos y magíster en
Correo electrónico:
Infancia y Cultura de la Universidad Distrital
direccion_vt@biblored.gov.co
Profesional en Ciencias de la Información y Francisco José de Caldas. Ha sido docenbibliotecóloga de la Pontificia Universidad te y promotora de lectura y actualmente se
Javeriana, especialista en Paz y Desarrollo desempeña como profesional de servicios
Territorial. Tiene dieciséis años de experien- bibliotecarios, espacios que le han permiticia en la gestión de unidades de informa- do construir diversas experiencias y recoción especializadas y se ha desempeñado nocer el papel de los pedagogos en ámbicomo asesora de proyectos en instituciones tos diferentes a los de la educación formal.
de educación superior. A lo largo de los años En el último año, encontró que la biblioteca
ha centrado su investigación en los estudios pública es también un escenario en el que
métricos de la información, alfabetización se puede construir comunidad y promover
el cuidado del medio ambiente a partir de
informacional y gestión territorial.
la implementación del proyecto de huerto,
el cual ha generado nuevos intereses e inHERNÁN DARÍO
quietudes en el equipo de la biblioteca.
BERMÚDEZ RUIZ
Correo electrónico:
direccion_mr@biblored.gov.co
Bibliotecólogo de la Universidad de Antioquia (2007), magíster en Educación de la
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�Acerca de los autores
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
JOHN ALONSO
GIL ALVARADO
Correo electrónico:
direccion_sb@biblored.gov.co
Profesional en Ciencias de la Información y
Documentación, y bibliotecólogo de la Universidad del Tolima. Realizó un diplomado
en Gestión Cultural en la Universidad del Rosario. Cuenta con una experiencia de más
de doce años en la dirección y coordinación
de bibliotecas públicas, universitarias y centros de documentación. Ha coordinado programas de lectura y escritura en diferentes
instituciones públicas y privadas y ha colaborado en la elaboración de planes de desarrollo para bibliotecas públicas en diversos
municipios del país. Actualmente es miembro investigador de los procesos de lectura y escritura en la Fundación Itinerarios de
Lectura y Escritura (FILIE ).
MILENA ADRIANA
VALENCIA TORRES
Correo electrónico:
direccion_pa@biblored.gov.co
Profesional en Ciencia de la Información, Bibliotecología y Archivística de la Universidad
del Quindío, en proceso de grado como especialista en Gerencia de Proyectos de la Corporación Universitaria Unitec. Tecnóloga en
Administración Hotelera. Ha trabajado en BibloRed desde el año 2012, desempeñándose
como coordinadora de servicios de información y sala general, y en el área de procesamiento técnico de la Biblioteca Pública Virgilio
Barco. Cuenta con quince años de experiencia
en bibliotecas universitarias, escolares y especializadas en el sector de la construcción y
centros de documentación. Ha trabajado con
población en condición de vulnerabilidad, entre ellos, niños de los centros Proteger y habitantes de calle. Para ella, el recorrido por las
bibliotecas públicas ha sido enriquecedor tanto a nivel profesional como personal.
JAVIER CRUZ POVEDA
Correo electrónico:
direccion_us@biblored.gov.co
Bibliotecólogo egresado de la Universidad
de la Salle. Especialista en Redes de Información Documental de la Pontificia Universidad Javeriana. Fue coordinador del Centro
de Documentación del periódico El Espectador; director del Centro de Documentación
Periodístico de la revista Semana, en la cual
coordinó una mesa de sindicación de contenidos con enfoque de memoria. Desde la
promulgación de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras documenta periodísticamente para la revista Semana un especial
sobre las víctimas del conflicto, enfocado
en rescatar la memoria, titulado «Colombia, 5,5 millones de víctimas y contando».
JUAN CAMILO
TOBÓN COSSIO
Correo electrónico:
camilo.tobonc@gmail.com
Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. Magíster en Didácticas de Lecturas, Escrituras
y Literatura de la Universidad de San Buenaventura de Bogotá. Auxiliar de biblioteca
(referencista) de Comfenalco Antioquia en
la Biblioteca Pública Héctor González Mejía y en la Casa de la Lectura Infantil entre
2007 y 2012. Promotor de lectura, escritura
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�Acerca de los autores
La biblioteca pública: una mirada desde adentro
y oralidad en las franjas de infancia, primera
infancia y familias en las bibliotecas públicas Manuel Zapata Olivella-El Tintal y Virgilio Barco, en Bogotá, entre 2014 y 2017.
Entre sus intereses están los procesos de
lectura (historia e historias de lectura), la
literatura infantil, la poesía y el ensayo, temas sobre los cuales escribe en su blog:
alebrijelij.wordpress.com
TANIA ISABEL
TRESPALACIOS RESTREPO
Correo electrónico:
direccion_tn@biblored.gov.co
Bibliotecóloga de la Universidad de Antioquia
y magíster en Administración Gerencial de
la Universidad Benito Juárez (México). Tiene más de trece años de experiencia en la
administración de unidades de información,
como también en la formulación, asesoría y
CRISTINA SILVA RODRÍGUEZ evaluación de proyectos bibliotecarios. En
el año 2018, gracias a su gestión y al equiCorreo electrónico:
po de trabajo, la Biblioteca Pública Carlos
direccion_pn@biblored.gov.co
Bibliotecóloga de la Escuela Interamericana E. Restrepo de BibloRed fue merecedora del
de Bibliotecología de la Universidad de An- Premio Nacional de Bibliotecas Públicas Datioquia, candidata a magíster en Educación niel Samper Ortega.
de la Universidad Pedagógica Nacional. Integrante del Colectivo Bibliotecas a la Calle.
Participante del International Advocacy Programme (IAP ) de la IFLA , para la difusión de
los objetivos de desarrollo sostenible, comprendidos dentro de la Agenda 2030 de la
Organización de las Naciones Unidas. Se
ha desempeñado como promotora de lectura y referencista de la Sala Antioquia de
la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. Sus
intereses giran en torno al trabajo con la
comunidad a partir de los componentes de
interculturalidad y memoria, desde la comprensión de la necesidad de transformar el
quehacer bibliotecario y la biblioteca pública como escenario en donde se debate la
diferencia.
114 / 115
�CO LECC I Ó N
CUADERNOS DE LA RED
ESCUELA DE MEDIADORES
«Además de las ganancias
comprensivas sobre el
sentido de la biblioteca
pública y los diversos aspectos
desarrollados por los diferentes
autores de esta obra, lo
que resulta más loable es
la comprobación de que un
funcionario puede reflexionar
sobre su quehacer, analizar
su labor cotidiana y proponer
caminos de mejora o de
innovación».
Fernando Vásquez
�
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Cuadernos de la biblioteca
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Formación de mediadores
Educación y bibliotecas
Sistematización de experiencias
Mediación de lectura, escritura y oralidad
Alfabetización
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Colección de publicaciones resultado de procesos de investigación de la Escuela de Mediadores
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Escuela de Mediadores
Red Distrital de Bibliotecas Públicas. BibloRed (Bogotá, CO)
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2019
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Libros
Las digitalizaciones de libros también se incluirían en este apartado a pesar de ser estrictamente imágenes
Dublin Core
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La biblioteca pública: una mirada desde adentro
Creator
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Red Distrital de Bibliotecas Públicas. BibloRed (Bogotá. CO)
García Gutiérrez, Ángela Leonor
Silva Rodríguez, Cristina
Bermúdez Ruiz, Hernán Darío
Poveda, Javier Cruz
Gil Alvarado, John Alonso
Tobón Cossio, Juan Camilo
Trespalacios Restrepo, Tania Isabel
Lugo Cárdenas, Magda Milena
Cárdenas De Oro, Sergio
León Murcia, Yuly Paulina
Vásquez Rodríguez, Fernando
Subject
The topic of the resource
Bibliotecas públicas
Red Distrital de Bibliotecas Públicas. BibloRed (Bogotá. CO)
Promoción de la lectura
Lectura y escritura
Description
An account of the resource
Reúne once artículos escritos por coordinadores y funcionarios de la Red Distrital de Bibliotecas Públicas de Bogotá. Presenta diversos temas y reflexiones sobre los asuntos que preocupan a la biblioteca pública en Bogotá y que definen su quehacer con las comunidades.
Table Of Contents
A list of subunits of the resource.
Clubes bibliotecarios: escenarios de construcción del sujeto, Ángela Leonor García Gutiérrez. Biblioteca Pública Bosa. Página 12.
La educación en casa: una apuesta de la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo, Sergio Cárdenas De Oro. Página 20.
Las personas mayores en la biblioteca pública: orientación del servicio hacia sus necesidades, Magda Milena Lugo Cárdenas. Biblioteca Pública La Victoria. Página 33.
La pausa en el hábito de la lectura desde el contexto de la dromología de Paul Virilio, Hernán Darío Bermúdez Ruiz. Biblioteca Público-Escolar La Marichuela. Página 41.
El huerto en la biblioteca pública: sembrar en la biblioteca es sembrar en la comunidad, Yuly Paulina León Murcia. Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo. Página 49.
El papel político de la biblioteca pública en la formación de ciudadanos críticos, John Alonso Gil Alvarado. Biblioteca Pública de Suba Francisco José de Caldas. Página 60.
La biblioteca pública ideal, cómoda e innovadora en la actualidad, Milena Adriana Valencia Torres. Biblioteca Pública Puente Aranda. Página 70.
Encuentro con el autor: escenario cultural con impacto en la ciudad, Javier Cruz Poveda. Biblioteca Pública Usaquén-Servitá. Página 78.
Las historias de vida en el quehacer bibliotecario: una estrategia de información, formación y creación para la biblioteca y sus usuarios, Juan Camilo Tobón Cossio-Nivel central-Línea de Colecciones. Página 85.
La biblioteca pública como escenario de prácticas interculturales, Cristina Silva Rodríguez. Biblioteca Pública La Peña. Página 96.
La lectura: ¿hábito o comportamiento?, Tania Isabel Trespalacios Restrepo. Biblioteca Pública Gabriel García Márquez. Página 106.
Publisher
An entity responsible for making the resource available
Red Distrital de Bibliotecas Públicas. BibloRed (Bogotá. CO)
Contributor
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Mojica, Juan Pablo (editor)
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An unambiguous reference to the resource within a given context
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Bogotá (Colombia)
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Acceso abierto
Date
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2021
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Atribución – Sin Derivar (BY-ND)
Adultos mayores
Ciudadanía
Comunidades lectoras
Gestión cultural
Historias de vida
Mediación de lectura
Políticas públicas